☆ ; cinco.

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Era el primer día para comenzar la redacción, y Yoongi apareció en la casa de Jungkook alrededor de las dos de la tarde. Se estaba congelando en el porche; el frío era implacable. Afortunadamente, cuando tocó la puerta, el peliazul la abrió al instante, y sus ojitos se iluminaron al ver a Min.

Jungkook lo saludó con una mano, y Yoongi pudo leer en su expresión el "¡hola, hyung!" de siempre. Lo invitó a entrar, y aunque no quería parecer maleducado, su mirada se posó en el sofá con una clara expresión neutra. Jeon le indicó que podía sentarse, y Yoongi lo hizo sin protestar.

Desde su lugar, vio a Jungkook tomar un pequeño bloc —ahora de color amarillo— y escribió rápidamente con un marcador rojo.

"¿Quieres algo, hyung?"

"Empezar para de una vez irme."

Jungkook alzó las cejas al leer la respuesta.

"No seas malo conmigo, soy tu menor. Pero bien, te traeré una taza de chocolate caliente."

Yoongi asintió con la cabeza. Mientras esperaba, comenzó a sacar su cuaderno con algunos apuntes. Había estado investigando en Internet casos de personas alcoholizadas que cometieron actos terribles... exceptuando atropellos.

Recordar por qué estaba condenado a no oír nada le hacía sentir mal.

Jungkook regresó en pocos segundos con dos tazas de chocolate caliente y notó que Yoongi tenía una expresión apagada. Se acercó y le ofreció la taza. Min, con su mirada neutral, tomó el vaso con las manos pálidas, que estaban rosadas por el frío.

Jungkook le sonrió mínimamente y se sentó a su lado. Yoongi probó el chocolate y dejó escapar un sonido de satisfacción acompañado de una pequeña sonrisa.

«Las cosas dulces siempre lo alegran; debe ser porque su vida es amargada y solo eso lo resuelve», pensó Jeon.

Jungkook sonrió, viendo cómo sus ojos se iluminaban. Escribió en el bloc.

"¿Está bueno? ¿Te gustan los dulces, hyung?"

El pálido asintió vagamente, sin negar ninguna de las dos preguntas, así que Jungkook asumió que ambas respuestas eran positivas. Si a su hyung le gustan los dulces... ¿podría conquistar su amistad ofreciéndole más?

En su mente, visualizó a Yoongi comiendo malvaviscos con las mejillas llenas, viniendo hacia él para darle un abrazo. Pero ¿por qué demonios pensaba eso? Su hyung lo mataría si lo descubría.

Yoongi sostenía la taza con ambas manos, buscando el calor del líquido. Jungkook lo encontraba adorable, pero decidió preguntarle con señas:

¿Estás bien?

Min dejó la taza y tomó el bloc.

"Tengo un poco de frío, pero está bien. Busqué información para la redacción, ¿quieres ver?"

Jungkook se preocupó al saber que su hyung había soportado el frío para venir a su casa y aún seguía sintiendo frío. No quería que se resfriara, así que se levantó para ir a buscar algo.

Yoongi no entendió del todo pero decidió esperar. Jungkook volvió con una sábana gruesa y unos calentadores. Cubrió a Yoongi con la sábana, quien estaba sorprendido y confundido. Miró a Jungkook con los ojos llenos de interrogantes.

Jungkook se sentó de nuevo y, con una sonrisa tierna, le mostró el bloc.

"¿En serio creíste que no iba a hacer nada al respecto?"

"No era necesario."

"Vamos, solo quiero darte una buena recepción como mi invitado."

Jungkook le guiñó un ojo.

Tomó el cuaderno de Min y comenzó a leer la investigación que había hecho. Mientras tanto, Yoongi se hizo bolita con la sábana, tratando de entrar en calor. La tela gruesa lo cubría hasta la mitad de su cara. Jungkook pensaba que se veía adorable y podía ver las mejillas sonrojadas de Yoongi.

Yoongi se sonrojó aún más al percibir el perfume característico de Jungkook. Era la experiencia más íntima que había vivido y el olor de Jeon le daba una sensación de serenidad... ¿o era seguridad?

Miró de reojo al peliazul concentrado en sus apuntes. Sus ojos brillaban con intensidad, más que nunca.

«Te ves lindo.»

Yoongi sonrió bajo la sábana, sabiendo que Jungkook quería ser su amigo a toda costa. Confiar en él ya era un gran paso... darle su amistad parecía demasiado para su corazón endurecido.

«¿Puedes aguantar ser mi amigo, este maniático?»

Jungkook escribió en el bloc y, al mostrarle la nota, se sorprendió al ver a Yoongi mirándolo con los ojos entrecerrados.

«¿Está sonriendo? ¿¡Lo hice sonreír!?»

Rápidamente, Jungkook bajó la sábana de la cara de Yoongi, y por desgracia, no logró ver la sonrisa completa.

Yoongi encontró extraña la reacción de Jungkook. Notó la emoción en sus ojos y luego vio esa misma emoción desvanecerse. También se dio cuenta de que Jeon no dejaba de mirar sus labios.

«¿No deja de mirar mi boca? ¿Debería asustarme?»

Yoongi sonrió de lado, sintiendo el nerviosismo crecer con la idea que rondaba en su mente.

Jungkook vio la pequeña sonrisa y tocó con su dedo la comisura de sus labios, sintiendo cómo la emoción renacía en él.

—¡Una sonrisa!

El castaño se calmó al leer eso en sus labios.

«Ah... qué alivio, pensé que querías besarme. ¿En serio? ¿Quieres ver mi sonrisa?»

Jungkook tomó el bloc.

"Investigaste mucho, hyung. Me parece bien empezar con el caso del hombre que fue golpeado y robado en el distrito de Gangnam. Empecemos con cosas menores y luego intensificamos, ¿te parece?"

Min asintió y vio a Jungkook tomar su cuaderno para comenzar con el borrador.

Yoongi lo observó por un rato, notando cómo Jungkook se concentraba en los estudios y no era el holgazán que había imaginado.

Sus manos se aferraron a la sábana, sintiendo un calor reconfortante.

«Me empiezas a agradar, Jungkook... y eso me asusta.»

redacción ୨୧ kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora