El amor necesita frecuencia; en cambio la amistad no. Un día sin hablar puede ser terrible, y más terrible aun si existe la incertidumbre de que al día siguiente, al despertar, la otra parte ya no sienta lo mismo.
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II
El amor necesita frecuencia; en cambio la amistad no. Un día sin hablar puede ser terrible, y más terrible aun si existe la incertidumbre de que al día siguiente, al despertar, la otra parte ya no sienta lo mismo.
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