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Yuta se quedó en blanco, no sabía qué decir ni qué hacer. ¡El primo de HaeChan le había causado una maldita erección! No lo entendía, a él le gustan las chicas, no los chicos, ¿Qué le pasaba?

No iba a negar que Mark era atractivo, obvio que lo era y con solo una mirada puede dejar babeando a cualquier chico gay, ¿Cómo carajos hizo para excitarlo si le gustan las chicas?

Estaba hablando de lo más normal con el primo de HaeChan y ahora estaba cachondo. Genial.

El rubio río bajito y apartó su mano de la entrepierna de Yuta para colocarla sobre la corbata. Se bajó de la silla y se puso entre sus piernas.

— ¿Por qué estás duro? —repitió la pregunta y suavemente empezó a manejar con su rodilla la polla del pelinegro. Cuando susurraba su voz se volvía más grave y jodidamente sexy.

Yuta agradecía tener el maquillaje puesto porque si no Mark notaría su sonrojo.

—Y-Yo, a-ah, estaba m-mirando a... —¿Por qué estaba tartamudeando tanto?

—No me vengas con ese cuentito de que estabas mirando a otra persona, te la pasaste toda la fiesta mirándome, ¿piensas que no sentí tu mirada en mí mientras bailaba con Yuqi? Me estabas observando el trasero. Tú me estabas mirando a mí y solo a mí. Yo te causé una erección, yo te puse cachondo, no otra persona, cariño.

Y luego Mark volvió a atacar los labios Yuta, está vez le había seguido el beso. Era uno desesperado y hambriento, sus lenguas se encontraban, el sabor del licor de fresas y el whisky se sentían tan bien. Mark sabía usar bien su lengua.

Las manos de Yuta bajaron hasta la cintura del pelinegro y éste colocó sus manos en la nuca del más alto. Lee mordió el labio inferior de Nakamoto para después lamerlo, se separó un poco y sonrío con coquetería.

—¿Qué te parece ir a un lugar con menos gente?

«A la mierda».

Yuta asintió como un bobo haciéndolo reír, Mark bebió lo último que le quedaba en su vaso y Nakamoto lo imitó, lo tomó de la mano y lo guio escaleras arriba hasta su nueva habitación.

Sacó la llave de su bolsillo, ya que JaeMin le había dicho que cierre la puerta de su habitación con llave por las dudas, y abrió la puerta empujando a Yuta dentro de ella para después volver a cerrar con llave.

Mark no quería interrupciones.

La habitación estaba iluminada únicamente por la lámpara tenue de noche a un lado de la cama y un rico olor a vainilla se podía percibir apenas entrar.

El sonido de un cuerpo siendo empotrado contra la puerta, específicamente el de Yuta, se escuchó por toda la habitación.

Mark volvió a unir sus labios mientras subía sus manos hasta el saco blanco de Yuta y lo retiró de su cuerpo, terminando en el limpio suelo. El rubio no dejó sus manos quietas y sacó la campera de Lee terminando igual que su saco.

El pelinegro se sacó la remera y Yuta no pudo evitar morderse el labio. Mark tenía un cuerpo tan hermoso y lascivo.

Mark separó sus labios con una mordida y empujó a Yuta a su cama, en una pequeña pausa ambos se sacaron los zapatos y Nakamoto dejó su celular en la mesa de noche. El pelinegro se sentó a horcajadas del rubio y volvió a juntar sus belfos.

Movía sus caderas sintiendo la polla de Yuta justo debajo de su trasero. Nakamoto soltaba suspiros de satisfacción, Mark aprovechó para desabotonar el saco negro de Yuta mientras se encargaba de hacer lindas marcas en su moreno cuello.

—¿Es en serio? —preguntó Mark algo molesto al ver la camisa blanca de Yuta. El mayor río bajito— Tu disfraz me está empezando a molestar, te quedará muy sexy y todo, pero... Veamos que tienes debajo de esto. —murmuró abriendo la camisa de una vez de todos los botones fueron desabotonados— Jo-der, ¿todo esto tenías guardado, cariño?

Halloween Party (Yumark +18) AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora