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Yoongi está aburrido.

Siempre está aburrido, pero justo ahora está súper aburrido.

Ver a la gente pasar y pasar lo está hastiando, aunque no puede sentir emociones sabe que el fastidio está allí, es un sentimiento que vivió mucho estando en vida, tanto que puede recordarlo perfectamente ahora muerto.

Suspira, nadie puede verlo acostado en la banca así que no le importa estar estirado ocupandola por completo. Personas pasan y pasan por las transcurridas calles, él solo las observa, esperando algo interesante que no va a llegar.

Quizás debería ser como Taehyung y empezar a asustar por allí, tal vez le entretenga un poco ver a los vivos asustarse o algo así, pero la pereza le gana por mucho.

¿Cuántos años más pasarán hasta el final de su martirio? Lleva demasiado tiempo solo existiendo y ya, un fantasma sin interés en absolutamente nada, sin poder morir ni vivir, siendo invisible, sin nada nuevo por descubrir.

—Algún alto mando, ¡Por favor, tanga piedad de mí y déjeme morir!— exclama a la nada, bufando al ser ignorado de nuevo.

Según el Dios del Inframundo su alma aún no puede reencarnar, ¿Por qué? Porque no se arrepiente de sus pecados ni desea realmente reencarnar, no hay un cielo a dónde ir, solo reencarnas o si fuiste muy malo te quemas en el infierno, y como a Yoongi no le importa ninguna de las dos opciones su alma a quedado varada hasta encontrar eso que en vida no consiguió, eso que le haga decidir a su alma que desea hacer.

Es estúpido, al morir el pensó que definitivamente el Inframundo sería su nuevo hogar, había matado a mucha gente en la segunda guerra mundial sin remordimientos, por órdenes de arriba claro está, pero lo hizo, y no le importaba, entonces el Dios del Inframundo dijo que así no tenía chiste que pagara por pecados de los que no se arrepiente, pero Yoongi no tenía el derecho a reencarnar, y así lo mandaron a vagar hasta hallar algo que lo haga querer vivir otra vez obligándolo a pagar sus pecados, o arrepentirse profundamente de lo que hizo en vida para pasar al infierno y sufrir lo que le corresponde, cosa que no iba a pasar porque a Yoongi no hay cosa que le importe menos a las vidas arrebatadas hace tanto.

O algo así le dijeron, pero supo por Taehyung, un fantasma más antiguo, que ese Dios en realidad solo quiere divertirse creando situaciones de las cuales poder burlarse.

Pero eligió el alma equivocada para su entretenimiento, Yoongi no quiere volver a vivir ni se arrepiente de nada, entonces ahí está.

—Ahg, ¿Debería causar otra guerra? Sería más entretenido.— se queja, y aunque pudiera, señora pereza que fielmente lo ha seguido de la vida a la muerte le ordena quedarse quieto.

Vuelve a bostezar, su mirada viaja de peatón a peatón, ¿Debería seguir a alguien hasta su destino? Quizás tenga algo interesante que pueda ver.

En busca de una víctima de acoso, su nula atención se enfoca en un niño, corriendo, esquivando a las otras personas, sin suéter a pesar de ser de noche y el frío esté para no salir de la cama. El niño es lindo, relleno, pequeño, quizás hasta tierno, pero no le causa nada, las emociones fueron olvidadas al morir, solo quedan algunas muy presentes de su vida pasada, como la curiosidad que le causa un niño solo tan entrada la noche entrando a un edificio en construcción.

Ve a los lados, ¿Nadie lo ve acaso? Bueno, ya casi no queda gente en las calles y las pocas que quedan están concentrados en su celular.

Sin nada mejor que hacer, se levanta de la cero por ciento cómoda banca y sigue a ese niño dentro de la construcción. Si no mal recuerda, lleva añales sin terminar.

El niño parece estar en un mundo imaginario, riendo, escondiéndose a pesar de estar solo.

—Hey, es peligroso estar aquí, creo.— dice Yoongi aunque sabe que no puede oírlo, en su vida de militar era de pocas palabras, solía hablar mucho consigo mismo en su cabeza sin ser escuchado, ahora era igual pero en voz alta.

Life Or Death [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora