Su pecho subía y bajaba con cada respiración pesada que tomaba, se sentía tan bien, tan lleno y querido de una manera que se estaba volviendo casi insana. Podía sentir el sudor acumulándose en su espalda baja, el ligero ardor que tanto amaba cada vez que el pene de Castiel entraba en él, ademas de los moretones que ya comenzaban a formarse en sus caderas debido a la fuerza con la que Castiel lo sostenía contra el escritorio, conteniéndolo y maltratándolo a su propio placer, justo lo que Dean deseaba.
Luego de algunos segundos de un tortuoso ritmo lento, Castiel comenzó a acelerar sus movimientos, el vaivén volviéndose cada vez mas rápido y desordenado hasta el punto en que el escritorio debajo de ellos comenzó a moverse con sus embestidas y las pocas cosas que aún se conservaban sobre la pieza de madera comenzaron a caer al suelo.
—Cas... —Gimió Dean, impotente ante el orgasmo que se comenzaba a formar dentro de el.
—Lo sé, puedes hacerlo. Vamos Dean. —Alentó el hombre mayor, retirando una mano de la cadera de Dean y llevándola hasta una de sus piernas, donde la tomó con fuerza y la dobló contra el pecho de Dean hasta obtener un mejor acceso en su agujero.
Dean gimió por el nuevo ángulo y sus mejillas se sonrojaron, avergonzado, ante el pensamiento de lo vulnerable y sumiso que se debía ver en esta posición. Por suerte no tuvo mucho tiempo de analizar ese pensamiento porque pronto el pene de Castiel comenzó a tocar su próstata con cada nueva embestida y en menos de un minuto estaba corriéndose por todo su pecho. Castiel lo siguió unos pocos segundos después, creando un lío dentro de él y haciendo que Dean se sintiera complacido consigo mismo, esperaba llegar a casa antes que su hermano para tener un tiempo a solas y recordar lo que Castiel le había hecho hoy.
Después de que ambos volvieron en si, Castiel tomó la caja de pañuelos que había caído al suelo en medio de sus actividades y sacó uno de los trozos de papel para limpiarlos a ambos. Dean todavía se sentía saciado y demasiado feliz como para sentirse avergonzado por dejar que un hombre lo toque de esa manera; además, no era la primera vez que esto sucedía y por dentro en realidad sentía algo parecido a la felicidad con cada caricia suave que se le daba. Castiel fue cuidadoso mientras lo limpiaba y cada vez que una mueca de incomodidad aparecía en el rostro de Dean, el profesor besaba la parte mas cercana de él que tuviera a su alcance, ya sea el interior de su muslo o su abdomen. Cuando Dean le aseguró que estaba bien y limpio, Castiel tomó la caja de pañuelos y la puso en el lugar que estaba antes de que Dean entrara a la oficina.
Castiel continuó ordenando los objetos que habían caído de su escritorio, no se molesto en mover a Dean de ahí y en secreto él sabía que Castiel disfrutaba verlo todo desnudo, sonrojado y maltrecho después de haberlo follado; Dean también disfrutaba la vista de su profesor paseándose por la habitación en nada mas que su bóxer. Sin embargo, después de unos minutos se hizo evidente que ambos, principalmente Dean, debían salir de la oficina antes de comenzar a levantar sospechas.
Mientras cada uno tomaba su ropa y lentamente se vestían, no pudieron evitar compartir pequeñas miradas aquí y allá. Ambos demasiado hambrientos y necesitados del otro, sin importar que ni siquiera hace veinte minutos Castiel tenia su pene dentro de Dean.
Al terminar de vestirse Dean se acercó a Castiel para un ultimo beso, pero fue interrumpido por su tono de llamada. Algo molesto, sacó su celular de su bolsillo y respondió a la llamada fingiendo un tono alegre.
—Hola, cariño. —Respondió, escuchando desde el otro lado como la joven lo invitaba a otra noche de películas en su casa, solo los dos; lo que claramente era una forma de decir que ninguno de ellos vería realmente una película. —Lo siento, mi madre quiere que esta noche ayude a Sammy con su tarea. ¿Qué te parece mañana después de la escuela? ¿Sí? De acuerdo. No, no estoy en casa. Estoy con el profesor Novak, me está ayudando con un trabajo.
Dirigió una mirada rápida a Castiel quien parecía entretenido en uno de sus libros. La joven al teléfono le dijo algo que no alcanzó a escuchar y apartó la mirada del hombre que parecía demasiado distraído.
Escuchó otros minutos de su charla por teléfono sobre una nueva porrista que trataba de quitarle el lugar de capitana del equipo y luego cortó la llamada con ella. Sintió algo amargo en su estómago por haber tenido una llamada con ella, justo después de lo que había hecho con Castiel.
—¿Era tu novia? —Preguntó Castiel, ahora sentado detrás de su escritorio. El libro había sido devuelto a la estantería que colgaba detrás de él.
—Sí, quería que tuviera sexo con ella esta noche. —Apartó rápidamente el sentimiento que tenia en su estómago, se recordó que este acuerdo no se trataba de sentimientos y sonrió maliciosamente mientras rodeaba el escritorio y se subía al regazo de Castiel. —Pero hoy ya estoy mas que satisfecho.
Las manos del profesor tomaron la cintura de Dean y lo acercaron más hacia él. Dean estaba absolutamente encantado con la muestra de fuerza que su profesor parecía estar ejerciendo sobre él y le hizo recordar lo fácil que había logrado levantarlo y follarlo contra la pared hace dos días.
—Me alegra escuchar eso. —Una suave sonrisa se dibujó el rostro de Castiel. —Pero creo que ya es hora de que vuelvas a casa, se está haciendo tarde.
—Lo se, pero no quería irme sin esto. —Dicho eso, Dean se inclinó hacia adelante y selló sus labios con los de su profesor, vertiendo toda la necesidad y deseo que sentía por el otro hombre. Y justo cuando el beso comenzaba a volverse mas acalorado, se obligó a separarse y ponerse de pie. —Debo irme.
—Por supuesto, envíame un mensaje si necesitas algo. —Pidió Castiel, inclinándose hacia adelante en su escritorio y mirando a Dean alejarse en dirección a la puerta.
Dean sonrió mientras sentía la mirada de Castiel detrás de el y justo cuando estaba por abrir la puerta, se giró para mirar las manos vacias de Castiel y recordarle a su profesor. —No olvides ponerte el anillo, no queremos que tu esposa se moleste por eso. —Guiñó un ojo mientras finalmente salía de la oficina de su profesor sintiéndose saciado, al menos físicamente.
~Esto es lo que saqué después de un gran bloqueo, estoy pensando en añadir más capítulos, pero no estoy segura~
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Secreto
FanfictionDebe ser la sensación de querer algo que sabes que está mal, algo que, a grandes rasgos, es prohibido. Pero no se podía culpar realmente a Dean, después de todo solo era otro adolecente con demasiadas hormonas y una gran capacidad para apreciar lo a...