El prometido de Jeongin le es infiel, el al descubrirlo planea su venganza, su primer paso es acostarse con el magnate más poderoso de Seúl y además su amigo desde la infancia, en medio de esto nacerán antiguos sentimientos que juraban haber enterra...
—Tranquilo, es broma, nuestros sentimientos quedaron atrás, ¿Recuerdas? —le dijo con una risa nerviosa.
—Si... quedaron atrás, bueno vamos a trabajar.
Mientras ellos trabajaban, Hyunjin seguía furioso mientras Seungmin intentaba calmarlo.
—Tranquilo, tal vez dice la verdad.
—No... estoy seguro que el sabe algo, por eso lo hace. Mierda, estamos tan cerca de la boda. —decía desesperado con una mano peinando su cabello hacia atrás.
—¿Qué tal si lo consientes? Tal vez te de otra tarjeta. —sugirió Seungmin.
—Que buena idea.
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Jeongin llegó a su departamento completamente rendido y subió a su habitación para recostarse, pero se encontró con Hyunjin que lo estaba esperando.
—¿Qué haces aquí? No es normal en ti esperarme. —le reprochó el rubio.
—Bueno quise hacerlo, además para recordarte que más tarde es la subasta de una joyería, ¿Se te olvido? —le preguntó mientras se acercaba a el.
—No... justo venía a ver que me pondría, deberías ir a revisar también.
—Tranquilo, ya tengo el traje.
—Entonces... yo usaré también un traje, bueno, no del todo, no usaré saco. —dijo mientras sacaba su ropa negra.
Hyunjin lo abrazo por la espalda cosa que sorprendió a Jeongin.
—Estos últimos días hemos estado más separados de lo normal.
«Siempre lo hemos estado.» pensó el rubio.
—¿Qué te parece si jugamos un rato? —dijo mientras metía sus manos dentro de la camisa del menor.
Pero este no sentía nada, no lo estaba excitando como siempre, en su lugar pensó en Christopher.
«Estoy seguro que Hyunjin no te lo hacía mejor que yo.»
«Tenía razón, no es mejor que el en nada.» pensó y se separó de Hyunjin. —No tengo ganas, además debo darme una ducha, ve a prepararte para la subasta, nos vemos más tarde. —se despidió para entrar al baño.
Desde el baño solo pudo escuchar como se azotaba la puerta y suspiro.
«¿No entiendo también mi maldita actitud estos últimos días, Chris aparece en mi mente siempre, incluso el toque de Hyunjin no me hace sentir algo, ¿Qué es lo que me pasa?» pensó con su cabeza entre sus manos.
En su pierna sintió una vibración que lo sacó de sus pensamientos, era su celular con un mensaje de Christopher.
Chris-hyung Me temo que hoy no te voy a poder ayudar a darle celos a Hyunjin, yo llevo a mi propia cita.
