Eran cerca de las 12:00 de la media noche, había un silencio súbito en aquella casa, Uta dormía muy tranquila abrazada a su peluche en forma de hongo, era raro, se lo había regalado Yasopp en su cumpleaños porque según él era gracioso, a Shanks no le gustaba que su hija durmiera abrazada a un hongo de colores pero no podía hacer nada.
Ben estaba completamente dormido, hasta parecía que esa siempre fue su casa, o eso parecía hasta que su sueño fue interrumpido.
---¿¡Cómo que yo soy la mujer!?--- fue el grito que escucho obligándolo a despertarse, no solo fue el grito, también el golpe de la puerta abriéndose con fuerza por la única mano del pelirrojo.
Ben completamente desorientado miro a la puerta para luego caer en cuenta en donde se encontraba, se sentó en la cama para finalmente llevarse ambas manos a la cabeza---¿De qué hablas?---, se quejó al ser despertado.
---dijiste que yo sería la esposa que te espera con la comida lista mientras tú trabajas, eso no es justo no quiero ser la mujer.
---Shanks es solo una expresión, vete a dormir--- suspiro para después dirigir su mirada al reloj dándose cuenta que aún faltaba bastante para que se fuera a trabajar,--- si que eres lento.
El nombrado no dijo más solo con un puchero tomo la perilla de la puerta para luego cerrarla permitiendo que el pelinegro se dejara caer en la cama para nuevamente iniciar su sueño.
A la mañana siguiente Shanks estaba cocinando, solía levantarse temprano para poder hacer lo mejor posible esa labor, con un solo brazo no era fácil, era más lento pero lo intentaba para poder sentirse útil. Con la repentina llegada de Beckman ahora debía hacer un poco más en el hogar, no quería ser un mantenido, pero no podía negar que la ayuda de su amigo le caía como anillo al dedo, se mostraba molesto pero en el fondo estaba agradecido por ello, fue por eso que cuando bajaron todos a comer los atendió con una sonrisa en el rostro.
Uta fue la primera quién se sentó para comer, mientras que Ben le ayudo a su amigo a terminar de colocar la mesa y al mismo tiempo a servir lo que sería el desayuno. Lo que era padre e hija, junto a Beckman tomaron el desayuno con tranquilidad mientras la pequeña les platicaba sobre las cosas triviales de la escuela y después de un rato llego la hora de que la primera en salir fuera la hija del pelirrojo.
---nos vemos-- se despidió con una animada sonrisa del más alto y de un beso de su padre dejando finalmente solos a los adultos.
---bien, prepararé mis cosas para irme también, necesito averiguar unas cosas, hoy me toca ir a la oficina principal, con suerte podré hablar con Mihawk--- le comunicó el más alto a lo que el pelirrojo asintió.
A los pocos minutos el segundo hombre en el hogar se despidió de su amigo, después de haberle ayudado con los platos sucios, con una suave sonrisa se despidió del pelirrojo, quién estando parado en la puerta movió su mano de un lado al otro, pero antes de entrar recapacitó las palabras del pelinegro---¿¡Cómo que soy lento!?--- se quejó una vez cayó en cuenta con las palabras de su amigo.
Por su parte el causante de las quejas del más bajo solo pudo sonreír para posteriormente seguir con su camino en dirección a la oficina. Al llegar sabía perfectamente lo que debía hacer, lo cual era dirigirse con la secretaria que se encargaba de recibir a las visitas para que le entregara un gafete especial el cual le permitía tener acceso limitado a las instalaciones, gracias a que era bastante atento pudo enterarse de que ese día Crocodile no estaría en el edificio sino que hasta más tarde, por lo que le tocaría esperarlo para entregarle los documentos.
Subió en el ascensor hasta el último piso donde se encontró en un escritorio que estaba antes de la oficina del jefe a un hombre de cabellera azul que parecía bastante interesado en lo que había en su computadora, por lo que con una sonrisa se acercó y dejó caer su maletín sobre el escritorio, ocasionando que el hombre diera un salto por la sorpresa.
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I'm hanging in your hands. [FINALIZADA]
FanfictionLa vida de Shanks no va más que cuesta abajo desde un accidente que sufrió en el trabajo donde rescató a un niño de unos secuestradores. Pareciera que la misma vida, que Dios o cualquier deidad se niegan a que sea feliz, sin embargo su hija Uta, sab...