INICIO

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En un rincón sombrío, dos figuras se enfrentan en un tenso silencio. Una pregunta desafía el juego de sombras:

??-Siempre has jugado a ser una gran villana, pero tu corazón nunca lo ha sentido, ¿o sí?

La respuesta, firme, niega esa identidad:
??-Nunca he sido la villana.

pero aquella respuesta deja entrever una intrigante dualidad. La luz tenue revela un conflicto subyacente, sugiriendo que estas palabras son solo el umbral de una historia más profunda.





















"En los primeros compases del viaje, nos envuelve una neblina de incertidumbre, una danza de misterio que impregna el aire que inhalamos con ansias. ¿Qué nos depara en las páginas del futuro? Solo disponemos de un efímero instante para dar el primer paso, y una vez que lo hacemos, las huellas que dejamos no conocen retroceso. ¿Es este acto de comenzar un emocionante acto de valentía o una travesía temerosa hacia lo desconocido?

La duda, sutil como una sombra en el atardecer, embiste nuestros corazones. ¿Deberíamos avanzar, arrastrar el peso del pasado, el dolor que ha sido nuestro compañero de viaje? ¿Acaso este esfuerzo servirá de algo, o se perderá en la vastedad del tiempo? Si la respuesta se desvanece en la oscuridad, es crucial recordar que no hay marcha atrás, y lo forjado en el crisol del inicio permanecerá como testimonio irrevocable.

En este punto de origen, nuestras esperanzas florecen como lirios en la primavera. Aquí, en el umbral del tiempo, los sueños persisten como astros titilantes, aún alcanzables. En este acto de dar inicio, moldeamos el barro de posibilidades, esculpimos el mundo que deseamos habitar, y nos comprometemos con una lucha infatigable, todo en búsqueda de una efímera pizca de felicidad. Pero en esta danza de creación, la advertencia resuena: si erramos, si el paso se desvía, no hay marcha atrás.

El inicio se revela como un sendero por descubrir, un territorio donde el futuro se esconde tras el velo del misterio. Nos convertimos en detectives de nuestra propia existencia, desentrañando el motivo que nos impulsa a cada paso. Y si poseemos la bravura para dar el primer paso, se nos abre un mundo desconocido, vasto y repleto de posibilidades inexploradas.

En este umbral de lo desconocido, la belleza se encuentra en la ausencia de certezas. No sabemos qué aguarda ni por qué nos encontramos aquí, pero es precisamente esta falta de conocimiento la que da forma a la emoción del camino. Sin el inicio, las cimas que aguardan nuestro ascenso y las historias de superación que contamos con orgullo nunca llegarían a existir.

Así, al principio, abraza con respetuoso temor este inicio, supera la propia aprensión hacia lo desconocido. Envuelve ese misterio con amor y devoción, porque en este acto inaugural reside el verdadero comienzo de todo lo que verdaderamente importa. Es el momento que, como guía celestial, nos llevará de la mano hacia nuestro destino final, tejido con los hilos que nosotros mismos hemos entretejido en el tapiz del tiempo."

En cuanto el rey terminó de narrar, los ojos centelleantes de la pequeña niña de melena rojiza, reflejaban un entusiasmo desbordante al escuchar las palabras recitadas por su padre. En un arrebato de emoción, exclamó con fervor:
-¡Quiero ser el inicio!

Su declaración no solo revelaba su deseo ardiente, sino también sus ansias por ser protagonista en la historia que su padre compartía. La respuesta del padre no fue solo una simple sonrisa, sino una expresión que fusionaba orgullo y ternura, sellando así un momento especial entre ambos, cargado de significado y conexión, que ninguno de ellos olvidaría jamás.

Rueda de la fortuna III: Fragmentos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora