La princesa de melena roja aguardaba con ansias la llegada de su padre, el rey, en la majestuosa entrada del castillo. Cada latido de su corazón resonaba con la emoción del encuentro. Cuando finalmente el rey atravesó la puerta, la niña corrió hacia él y, con una sonrisa resplandeciente, el monarca se arrodilló suavemente para estar a la altura de su amada hija.
-¡Papá, papá!- exclamó la niña con un brillo de alegría en sus ojos.
-Dime, mi pequeña- respondió el rey con ternura, su voz resonando con calidez y afecto.
La princesa, con sus palabras impacientes retumbando en el aire, repetía una y otra vez:
-¿Cuándo vamos a comenzar con mi ceremonia? ¿Cuándo? ¿Cuándo?-
Tras esa conversación sobre el significado del comienzo, la mente de la joven princesa estaba inmersa en un solo pensamiento: el deseo ferviente de ser el inicio, de heredar la bendición de su familia, la pequeña no podía apartar de su mente la idea de convertirse en lo que anhelaba ser.
El rostro del rey se crispó en una expresión amarga y un suspiro escapó de sus labios mientras posaba una mirada cargada de tristeza en su hija:
-######...-La niña aguardó con expectación, su mirada reflejaba la anticipación por lo que su padre tenía que decirle, aunque la expresión facial y el tono de voz del rey le generaban cierta inquietud. En un momento de silencio tenso, el rey suspiró, añadiendo peso al ambiente, y continuó hablando, disipando así la tensión que se había formado en el aire.
-No serás presentada a la ceremonia, en tu lugar será presentado tu hermano.-
Al escuchar esas palabras, los ojos azulados de la niña se abrieron con sorpresa y consternación. Las lágrimas brotaron velozmente, trazando senderos por sus mejillas. "¿Por qué alimentar sus ilusiones si no sería ella?" se cuestionó en un torbellino de emociones. La injusticia de la situación, el desconcierto y la interrogante de ver a su hermano ser elegido en su lugar la sumieron en un mar de dudas y tristeza.
-######, no fue decisión mía. Tú no tienes energía mágica, estás incapacitada para realizar la ceremonia.-
instantáneamente, el mayor temor de la princesa se materializó. Nunca había mostrado signos de energía mágica; era evidente que no la poseía. Su última esperanza residía en aquel ritual que ahora se le negaba debido a su condición. Además, se enfrentaba a la realidad de que nunca podría iniciar ese camino, sus sueños se desmoronaban a la temprana edad de 12 años. A pesar de ello, la princesa esbozó una sonrisa forzada y se dirigió a su padre.
-Bah, ¿sabes qué? Seguro que #### lo hace mucho mejor que yo. ¡ÉL ES INCREÍBLE!"
El padre se sintió aliviado por la respuesta de su hija, dando fin a la conversación en ese preciso momento. Sin embargo, para la princesa, esa charla se convirtió en un recuerdo imborrable, una conversación que no podría borrar de su mente por más que lo intentara.
Las noches siguientes se convirtieron en un oscuro compás de soledad para ella y su almohada. Entre lágrimas, la niña se sumergía en un abismo de pensamientos sobre qué pudo haber hecho mal. ¿Por qué esa carencia total de energía mágica? ¿Acaso estaba envuelta en alguna maldición? Noche tras noche, los meses se deslizaban dolorosamente, como sombras, mientras la niña, con sus sueños destrozados, no lograba apartar de su mente el recuerdo doloroso de aquel día. Más aún, se consumía con culpa, responsabilizándose de cada aspecto de su desdicha.
Cierto día la princesa atravesó la entrada del cuarto de diversiones del palacio, un espacio vasto rebosante de juegos y entretenimiento, donde su hermano solía sumergirse en risas y diversión. Al ingresar, su mirada inicialmente reflejó una mezcla de emociones, una sombría combinación de rabia y envidia mientras contemplaba el lugar. Sin embargo, en un momento de claridad melancólica, recordó que la culpa su exclusión de la ceremonia recaía únicamente sobre sus propios hombros.
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Rueda de la fortuna III: Fragmentos del destino
FantascienzaUna vez cada muchos eones la propia perfección se ve alterada por su falta de equilibrio, y, cuando esto ocurre, las criaturas del universo se ven obligadas a rehacer su ciclo, una y otra vez. Estrellas, corrupción, magia, todo vuelve a su punto de...