- Mario cierra la puerta por favor, sabes que no me puedo dormir con ella abierta
- Lo siento Missele, es la costumbre, en el internado los curas nos regañaban severamente si dejábamos las puertas cerradas –contesto el muchacho mientras se asomaba a la habitación- Yo me voy ya a trabajar, volveré sobre las tres y cuando llegue te despierto para que te tomes la pastilla de la tensión, ahora descansa e intenta dormir.
- Ten cuidado cariño y sobre todo no te metas en líos.
El joven cierra la puerta de la habitación y sin contestar se dirige a la entrada, se pone su cazadora de cuero negro, se coloca los auriculares de su ipod y sale de la casa.
Nada más abrir la pesada puerta de madera del edificio nota el frio en la cara. Sin duda hoy es una de las noches más frías del mes de febrero. Esta noche en Paris los termómetros seguro que marcaran los seis grados bajo cero. Se enfunda la capucha de su sudadera, sube el volumen de sus cascos y cerrando la puerta del portal se adentra en la oscuridad de la ciudad.
Desde hace seis meses todas las noches hace el mismo recorrido, va desde la casa donde vive con su abuela en la calle Minimes hasta su trabajo en los cines de La Cief. El trabajo es una mierda, se ocupa de limpiar todas las salas después de la última proyección sin librar ni un solo día en la semana. Todo ello por unos míseros 400 euros. Lo peor es que no se puede negar, este trabajo fue una de las condiciones que puso la Sra. Margot la asistenta social para que le concedieran la custodia del muchacho a su abuela Missele. Una jugada muy inteligente la de la asistenta social, en un solo movimiento apaño a los dos, ya no tendría que buscar ninguna residencia para la anciana, al muchacho le sacaba del correccional donde tantos problemas había creado sin tener que gastarse un duro en psicólogos, pedagogos, etc. y a la vez se quedaría con una comisión del sueldo irrisorio del chico.
Deja atrás las oscuras calles de Minimes sin cruzarse con nadie para bajar por la Rúe de Lyon hasta llegar a la plaza de la Bastille. Allí sí que hay mas movimiento de gente, aunque menos del habitual sin duda provocado por las temperaturas de la noche. Esta plaza es el lugar de encuentro para las quedadas de muchos jóvenes, y donde hay jóvenes hay drogas. Muchos son los traficantes que habitan esta plaza en busca de un pedazo de supervivencia. Han montado una red en la cual unos se dedican a captar incautos jóvenes que ven en la droga la única salida a no tener que ver nada, otros apostados en las inmediaciones de la plaza se dedican a vigilar la posible presencia de la policía mientras otros se dedican a llevar y traer la mercancía de alguna calle cercana. Pasa por la plaza escondido en su capucha por no cruzar su mirada con nadie, pasar desapercibido es la mejor opción. No por miedo a verse involucrado en una pelea, de estas ya está muy curtido, ni que le roben los escasos euros que lleva en el bolsillo. Sabe que en cualquier altercado en que le detuviesen supondría que no saldría del reformatorio hasta los 18 años y de ahí lo más probable es que iría a la cárcel.
... Cause some things just don't change
It's better when they stay the same...Está sonando ahora en su ipod, porque algunas cosas no cambian simplemente es mejor cuando se mantienen igual. Eminen es uno de sus cantantes favoritos, se siente muy identificado con sus letras, intransigentes, intolerantes, incomodas, inacabadas en definitiva todo lo"in" tratando de llevar la contraria a lo ya escrito. Oír esta canción ha hecho que agarre el crucifijo que lleva siempre en el bolsillo de su chaqueta. Este es el único recuerdo que conserva de su madre. Ella se lo regalo al cumplir ocho años, justo dos meses antes de morir de leucemia. Joder, ese crucifijo puede que sea lo único que despierta en él algún sentimiento positivo o quizás, ese crucifijo sea el origen de su odio.
Comienza a bajar por Boulevard Bourdon hacia el Pont d'Austerliz cuando suenan las nueve en las campanas de Notre-Dame, va bien de tiempo no entra a trabajar hasta las 9:30 y ya lleva la mitad del camino. Pasado este puente a unos 20 metros a su derecha ve como todas las noches a Ricardo, una de las únicas tres personas de este mundo por las que no siente indiferencia.
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REVIVIR
Teen FictionUna humilde historia de amor que te hace ir de la carcajada a la lagrima sin poder dejar la lectura. Advertencia! Leida con la musica adecuada de fondo puede provocar lagrimeo involuntario