- "Ya lo sabía, sabía que esto no iba a funcionar" - me dije a mi misma, llorando desconsoladamente envuelta es mis cómodas cobijas. "-No entiendo como fui tan ingenua, hasta el mismo me lo dijo, Dios... porqué no hice caso". Genuinamente no entendía porque esto me estaba afectando tanto, fue simplemente una relación a distancia, pero me duele como si me estuviera divorciado de mi esposo de 30 años de matrimonio. Y una parte de mi si lo entendía, jamás lo tuve conmigo, quizás eso era; quizás todas esas esperanzas, como nuestros viajes, mi anillo de compromiso, las noches cuando él llegara del trabajo, todo echado a la borda, tal vez las promesas que hicimos, el comprar nuestra casa, tener hijos y se fue con él, no tuve ni un vistazo de todo lo que pudo ser.
Cada noche me gustaba recordarlo, pensar en si estaba bien, si me extrañaba tanto como yo a el, quería escribirle todas esas veces, pero sentía vergüenza, al fin y al cabo, yo le terminé ¿Qué querría el hablar conmigo?.
Luego de un tiempo me escribió, tuvimos una pequeña charla donde nos dijimos cuanto nos queríamos y nos extrañabamos pero sabíamos que dejarlo hasta ahí fue lo mejor. Debo admitir que me sorprendió su respuesta, pero estaba feliz de quedar bien con él, pues a pesar de todo fue y seguirá siendo alguién con que conecté como nunca, alguien a quien pude mostrar quién era verdaderamente y con quien tuve momentos increíbles a pesar de estar detrás de una pantalla y más de 14.000 km de distancia.
Poco a poco fui superando el que no estuviera, habían días de recaída donde no podía hacer que perderme en el chat de Instagram, ese de alguna manera lo quise borrar, guardaba conversaciones desde nuestra amistad, durante la relación y un poco después de ella.
Pasaron muchos meses donde no sabía nada de Zareb, era como si nunca hubiese existido. Y me atormentaba la idea de que no estuviera bien. Decidí hablarlo con un psicólogo y antes de entrar a consulta me sentí tan estúpida al pensar que tenía que decir "Hola, soy Aleia y necesito hablar de mi relación a distancia" Pero bueno, mis terapias dieron sus frutos, ya no creaba escenarios trágicos donde le pasaba lo peor, también comencé a salir con un chico, y todo era muy distinto, era lindo, atento, y tenía algo que me faltaba con Zareb, tiempo de calidad, contacto físico, sin embargo, faltaba algo.
Una mañana en el trabajo comencé a recibir llamadas de un número extranjero "+81, será Zareb, después de tanto tiempo". Pero, él no llamaba sin escribirme antes, ¿quién era? ¿será que esta vez sí sucedió algo". La ansiedad no me dejaba pensar, pero necesitaba terminar clases. A los 15 minutos me llega el siguiente mensaje:
"Hello, this is Sergeant John Dickinson, I work for the Marines Corps here in Japan. I'm trying to reach Miss Aleia Thompson... please if this you, could you provide an hour for us to talk to you. it's very important"Apenas terminé la clase, le respondí al Sargento con pánico. ¿Que me podría decir el superior de Zareb? Y ¿por qué yo?
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Jamás pensé que sería así
Short StoryNarrativa de una trágica historia de amor a distancia, donde luego de algunos sucesos sumamente traumáticos para nuestra protagonista, tratará de encontrar paz en los lugares de su viejo amor. Para esta historia nos ubicamos en Venezuela, Estados Un...