Querido diario,
Estamos de camino a Chicago y no tengo interés por llegar, no es porque no quiera dejar mi vida en Nueva York atrás, porque, en fin, allí no tenía vida, pero no quiero llegar porque no quiero hacerme a la idea de que en Chicago tampoco haré amigos, no quiero hacerme a la idea de que el problema no son los otros, sino que soy yo.