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Emiliano

–No quiero.– el niño repitio la misma acción de alejar el plato que tenía verduras por tercera vez en la noche.

–Emi...–su madre, Jorgelina, a nada de perder la poca paciencia que le quedaba volvió a taparse la cara con las manos, cansada de que el infante siempre hiciera lo mismo.

Su hermano mayor Sergio, por más se lleven 1 año, observaba la escena con gracia y un poco nervioso, sabía bien como era su mamá cuando se enojaba, por lo que, un foquito de luz se prendió en su cabeza

–Ayer en el recreo hablé con Luka.– empezó a hablar al aire despacito y bajito y cortando la carne de su plato.
–Y me contó que cree que a su amigo Leo, le gusta el pibe ese "Siu", porque el pibe ese siempre que habla de que comió en su día y menciona verduras, los ojos de Leo se iluminan.–

–medio raro el pibito.– se escuchó el susurro de el padre de la familia, Ángel.
Y es que, ¿De dónde uno conoce a un niño al que se le iluminan los ojos cuando le mencionas una verdura?.
Aunque claramente Ángel sabía que todo era mentira no podía evitar reírse por la situación.

Emiliano se quedó en silencio, mudo y mirando el plato fijamente.
Agarró su tenedor y empezó a comer, claramente con la peor de las ondas.
El solo hecho de imagínarse al niño que más quería, prestándole atención a ese niño raro, en vez de a él, lo enojaba.

Su madre al principio quedó shockeada por el repentino cambio en su hijo menor, pero se mantuvo en silencio sabiendo que si hacia algún comentario respecto a eso, su hijo hiba a estar a nada de tirar el plato por la ventana.

Al día siguiente en el jardín, Emiliano espero desesperado el recreo, para poder hablar con su amiguito.
Una vez tocó el timbre y lo encontró en el patio.
No pensó ni siquiera como lo iba a saludar, lo único que salió de su boca fue-.

–!Leo¡, ¿Te gusta ese nene bicho?–. En su voz se notaba que estaba desesperado por la respuesta.

–¿Eh?.– ni siquiera presto atención a lo que le pregunto el chico, solo se concentro en si su amigo estaba bien.
!Su voz se escuchaba mal y se tapaba la cara¡.
Sabía que si Emiliano hacía esto, es porque estaba mal.

no pudo siquiera hablar, ninguno de los dos.
Leo solo pudo poner su mano en su pelo, en puntitas por lo alto que era el contrario, mucho más no pudo hacer, porque su amigo Rodri lo llamo al salón.
Y la maestra se llevó a Emiliano al salón.

Leo diviso a Nico, un compañero del salón de Emiliano que siempre llegaba tarde de los recreos

–!Nico¡, Vení–

El otro como vio que estaba llegando tarde solo pudo hacerle un gesto con la mano para que se apure.

–Decile a Emi que yo no conozco a ningún chico bicho.–
–y que solo lo quiero a Él.- fue lo único que dijo bajito y un poco rojo, para irse a dónde estaba su asiento en su salón.

Nicolas algo extrañado, solo atino a buscar a Emiliano apenas llego al salón y se sentó, no quería que la profe Cami lo rete de nuevo.

Emi estuvo feliz toda la última hora de clases ese día.

No se q hice 😭
este si q no me gustó mucho, pero bueno, algo es algo, ahora toca el Di Maria y Messi.
Espero q le haya gustado, dejen sus ideas y pedidos 💗

Scaloneta Ships | One shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora