Recuerdos de Aire.

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El museo de los héroes, un monumento al ego y a la historia de aquellos que dedicaron sus vidas a proteger a otros, jóvenes, niños y adultos que sacrificaron sus vidas por la posibilidad de convertirse en ídolos, en símbolos de admiración de una sociedad que aunque agradeció su llegada no estaba preparada para recibirlos haciendo que su trabajo fuera más complicado de lo que de por sí era pues no solo peleaban contra el mal que acechaba la sociedad sino contra las personas que les temía por ser diferentes, por hacer cosas que no sabían.

Entre los pasillos de este imponente museo una de las primeras heroínas, Edahí la guardiana del quetzal aéreo caminaba sonriendo con nostalgia mientras en sus manos sostenía un libro de tapas verdes y letras doradas, en este quien fue su mejor amiga había escrito cada una de las cosas que pasaron para convertirse en héroes, todo el dolor, sufrimiento y angustia que vivieron, así como la alegría y felicidad experimentada por ellos.

Se detuvo frente a la estatua de plata negra con una plaquita dorada que decía su nombre “Morte” eran las cinco letras que lo conformaban, la palabra corta con la que la llamaban y su estatua captaba la gloria de la antigua heroína.

— Hola Kai... ¿Sabes? Hoy encontré tu diario... Bueno Dorian lo hizo y me lo presto... Acordamos traerlo aquí para que todos conocieran nuestra historia... Tu historia— dijo con un tono de voz suave como la ráfaga que uso para retirar la fina capa de polvo de la estatua y la que creo para sentarse en el aire con ayuda de su poder— Han pasado siete años desde que te fuiste... En ese tiempo las cosas cambiaron mucho... Pero te seguimos extrañando.

Pese a sus tristes palabras su rostro mantenía una expresión tranquila, quizá muchos pensaban que no le dolía la partida de su amiga o que simplemente no le importaba pues nunca se mostró triste ante está; sin embargo era todo lo contrario pues para la heroína del aire la partida de su amiga fue demasiado triste y dolorosa, sin embargo al igual que con todas las partidas y muertes dolorosas en su vida había entendido que esa chica que tanto admiro no se fue por completo sino que seguía ahí.

Se quedó por varias horas ahí, en la oscuridad del museo cerrado con ese libro en sus manos y hablando con su amiga, contándole lo que había pasado y como fue cambiando su vida.

De vez en vez usaba sus ráfagas para abrir el libro y pasar sus páginas leyendo algunas cosas o para crear figuritas que le ayudarán a contar sus anécdotas.

Cuando vio que la hora de abrir el museo se acercaba sonrió y se levantó.

— Me dió mucho gusto hablar contigo Kai, estoy segura de que nos veremos pronto— dijo sonríendo.

Cuando el guardia de seguridad entro se sorprendió al ver frente a las estatuas de los héroes y heroínas de Mikoradoth había un pequeño diario de pastas verdes y letras doradas con el título “nuestra historia” Aunque definitivamente lo más raro fue para los encargados del museo al saber que ese objeto llegó a ellos justo el día que murió Edahí, la última heroína del equipo Mikoradoth a sus setenta y siete años, sesenta años después de la muerte de la primera en partir de su equipo.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2023 ⏰

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