Donde Quackity es el principe de un reino lejano y luzu su soldado
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En un reino lejano, vivía un príncipe, el cual no tenía esposa. Aquel príncipe era pequeño de rasgos latinos, con el pelo y los ojos negros azabache. No le interesaba casarse, lo cual era bastante raro para un príncipe. Aquel príncipe tenía un guardia siempre a su lado. Era alto, con los ojos color rojo rubí y con el pelo largo. Pocas veces se sabía que sentía aquel soldado, a vista de todos nunca cambiaba de expresión. Pero era todo lo contrario cuando estaba a solas con el príncipe.
Eran amantes, el soldado y el príncipe tenían una relación muy fuerte, por eso el príncipe no quería casarse, ya que tendría que dejar lo que tenía con el soldado. Pocas veces eran las que estos dos estaban a solas, pero esas veces eran mágicas para ambos.
El padre del príncipe no estaba de acuerdo con aquello que hacía, quería que se casara con una mujer hermosa, para tener nietos igual que ella.
- ¡Pero padre! Yo no quiero casarme no puedes obligarme.- salía discutiendo otro día igual con su padre, pero esta vez ya no tendría otra opción.
- me da igual, agotaste mi paciencia, te casaras con quien yo elija. - contesto el padre.
El príncipe salió corriendo a su habitación, seguido de su soldado, como siempre. Al llegar a la habitación cerró de un portazo.
- AAAAAA, dios, está vez si que agote la paciencia de mi padre, Lusu- se tiro en su cama ocultando su cara con la almohada.
- Creo que está vez si que tendrás que conocerla Quacks- contesto el soldado.
- No quiero Lusu, no quiero que lo nuestro se acabe- giro la cabeza para mirarle, aquel soldado se le hacía siempre increíblemente atractivo.
- Sabías que algún día todo acabaría, sabes que no podemos estar juntos. - a él le daba pena solo de pensarlo, pero lo sabía desde el principio, ambos lo sabían.
- Mentira, podemos... Podemos escaparnos y vivir en una casa alejada de todo, rodeados de patos y y tortugas.
- ¿De verdad? ¿Estarías dispuesto a perderlo todo?
- Tú eres mi todo Lusu, estaría dispuesto a todo lo que haga falta para estar contigo.
Planearon la escapada para esa noche, ambos preparados salieron de allí, dados de la mano.
Cuenta la leyenda que compraron una casa cerca del mar, los dos solos, sin que nada les molestase, al fin de al cabo era lo que querían, un lugar donde nada ni nadie les dijese lo que estaba bien o estaba mal.
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estaba viendo desde donde leen las historias y hay alguien que lee desde rusia, omg hi
