One Shot.

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Vistiendo una falda negra de cuero y suéter blanco con rayas negras y cuello de tortuga, con su cabello ondulado y azabache alzándose por cada paso que daba, a los que les acompañaba el sonido del tacon de sus botas de cuero.

Con un rostro de pintura, sus grandes ojos negros dejaban a la vista Miles de estrellas a años luz, sus labios, joder con aquellos finos labios pintados en un carmín natural, su piel de tono lechoso era solo una parte más de sus perfecciones.

Nadie podría resistirse a los encantos de aquel chico de dieciocho años.

Ni si quiera Min Yoongi, un adulto completamente responsable de treinta años, el director de la universidad.

Y eso se comprueba cuando, a las cuatro de la mañana, el mismo se encuentra aprisionando al joven de primer año contra la puerta de la dirección, con una mano dentro de aquella pequeña prenda de ropa, rozando con sus dedos su entrada por encima de sus bragas y otra dentro de su suéter, jugando con uno de sus pezones, haciéndolo estremecer y soltar gemidos ahogados gracias a el beso húmedo que estaba teniendo.

Y mierda que si le gustaría recordar como habían llegado a esa situación, pero el menor, simplemente al despertar en la oficina de dirección estaba encima suyo dando pequeños saltos sobre su erección.

Y su cabeza dolía, quizás era la resaca gracias a la fiesta del día anterior, o quizás realmente Jungkook había puesto algo en su café aquella madrugada.

Pero no podría importarle menos, porque vamos, tenía a el niño más hermoso gimiendo entre sus brazos. Finalmente se canso de jugar y bajo las bragas de encaje del menor, las cuales lanzo a algún lugar, el pequeño, sabiendo su parte se arrodillo ante el mayor.

El mayor con brusquedad se quitó el fajo que sujetaba su pantalón de vestir y pronto también su boxer, dejando al aire su pene, tan largo y ancho.

Y Jungkook se sentía merecedor de solo tratos bruscos y palabras vulgares.

En esos momentos Yoongi no estaba en sus sentidos como para poder negarse a tal.

Sin mucha más espera metió por completo el pene del mayor a su boca y garganta, aquellos más de veinte centímetros le hacían sentir arcadas pero mierda, los roncos y profundos gemidos del mayor haciéndole saber que estaba haciéndolo bien le hacían solo querer tener aquel gran miembro dentro suyo, ya sea en su garganta o culo.

Luego de varios minutos sus rodillas comenzaban a doler, por ello decidió terminar más pronto con lo sullo.

Saco el gran pene de su boca y con su lengua comenzó a recorrer todas y cada una de las venas que sobresalían de el, pronto llego a la punta, dónde dió un beso húmedo y succionó utilizando sus mejillas internas y lengua, cómo si se tratara de una mamila, tragando cada chorro de semen que saliera de el y volviendo a succionar hasta dejarlo sin nada, logrando hacer gemir aún más alto a su mayor por la sobre estimulación.

-Mierda pequeño, eres increíble.- escucho decir a su mayor y sonrió en grande.

-Hyungie me dará una recompensa por ser un niño obediente?-pregunto, mirándolo con inocencia palpable en sus ojos.

Realmente iba a terminar con su estabilidad mental.

-Hagamoslo como a ti te gusta, pequeño.-el dijo, si, su alumno estrella se merecía una buena recompensa.

El menor hizo caso, quitándole la corbata a el director y apretándola contra su boca y amarrando, estaban por ser la cinco, los profesores no tardarían en llegar y el no iba a ser el culpable de que su mayor no lo dejara terminar.

Se quitó el suéter y poso su pecho y abdomen sobre el frío escritorio de madera pulida, sintiéndose templar llevo sus manos hasta detrás de su espalda, si, su mayor fantasía era no solo que su mayor se lo follara, si no que le castigará por todas y cada una de su malas calificaciones, aunque las podía contar con una mano. Delante había un espejo, uno que aún no colgaban dónde debían, de un metro de altura, allí se podía ver a si mismo y a su mayor.

Dirty Talk. yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora