Comienzo de todo

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El frío viento del invierno que estaba apenas en su apogeo, movia las hojas de los árboles constantemente. Dentro del bosque cubierto de nieve se encontraba una chica corriendo descalza, con el corazón acelerado y los nervios de punta.

Cada vez que se alejaba mas de aquel lugar, de sus labios salían quejidos, haciendo que el humo blanco saliera de su boca. Todos sus sentidos están en alerta a la espera de cualquier sorpresa que se cruce en su camino.

Aunque el cielo se encontraba oscuro, la luna ilumina el camino a traves de las hojas de los gruesos árboles del bosque. El viento sopla nuevamente y con la esperanza de calentarse un poco, la chica se abrazo a si misma, pero no era de mucha ayuda. Apenas llevaba una simple bata blanca de dormir cubriendo todo su cuerpo, manchada con algo pegajoso y rojo parecido a la sangre. Cada paso que daba era como clavarse miles de espinas en los pies. Sentía que con otra pisada mas, sus pies se romperían como el cristal y que sus sentidos fallarían en cualquier momento.

Los sonidos del bosque no le daban tanto miedo como lo que acababa de pasar frente a sus ojos. Llevo una mano a su boca y trato de limpiar la sangre que estaba a su alrededor.

Un sonido seco hizo que se detuviera de golpe, su corazón volvió a acelerarse y sus dedos a temblar. Miro a todos los lugares y no podía ver nada, estaba tan oscuro que era imposible. Nuevamente se escuchó ese sonido y fue ahí donde la chica reaccionó y salió corriendo nuevamente olvidándose por un momento del dolor en sus pies. La nieve se hundía con cada paso que daba manchandose de la sangre que resbalaba por su bata.

Desafortunadamente sus pies se dieron por vencido y la chica cayó de golpe en la nieve, dando tres vueltas en si. Intento moverse pero su cuerpo no reaccionaba, no podía moverse en absoluto y fue ahí donde sus ojos empezaron a pesar. Su pecho subía y bajaba desenfrenadamente temiendo quedarse inconsciente por completo, no podía quedarse ahí, tenía que correr, ero lo que su mente pensaba en ese momento.

Escucho nuevamente aquel sonido, con la falta de luz en el bosque y su vista levemente borrosa pudo visualizar una silueta. Aquella silueta se quedo a tres metros de la pobre chica casi inconsciente y la observó por unos instantes sin moverse.

— No me mates  —  susurró sin fuerzas, casi al punto de quebrársele la voz en la última palabra.

Sus ojos se cerraron, una lágrima resbaló por su mejilla fría y quedó completamente inconsciente. La pobre chica estaba tirada en la nieve, su largo cabello negro contrastaba con la nieve. Su cuerpo solo tenía una bata blanca que casi se mezclaba con el color de su piel. Sus rodillas y muñecas estaban rojas y a pesar de tener una inmensa capa de sangre por encima sabía que ese rojo era por el frío. Sus labios estaban levemente morados y secos, mostrando la falta de hidratación, además tenía los pies descalzos y ensangrentados.

Si se quedaba aquí sería una presa fácil, la cena o desayuno de alguien. Pero no estaba consiente para pensar tal cosa.

La silueta se estaba conteniendo con todas sus fuerzas, pero el olor a sangre que la chica tenia encima no lo ayudaba en absoluto. De alguna manera sabia que no era su sangre si no la de alguien mas y de la cual verdaderamente se estaba conteniendo era por la que corría frenéticamente por sus venas. Trago saliva ruidosamente y hecho un paso hacia atrás. Podía escuchar como sus acompañantes se acercaban asi que tuvo que suspirar profundo y aguantarse respirar cuando se acerco a la chica tirada. Sin apenas notarlo dejo de aguantar la reparación, ese fue su gran error, la sangre olía exquisita. De pronto su garganta se seco y perdiendo el autocontrol agarro del cuello a la chica inconsciente, bajo su mano a su hombro y paso su nariz por su cuello, aspirando el exquisito olor que se movía por sus venas. Abrió la boca apunto de morder en el mismo lugar por el que había pasado su nariz.

 — Señor, lamento interrumpirlo, pero debo informarle que hemos......Hmm, que exquisito olor  — suspiro el otro hombre a sus espaldas, quien se acerco al hombre que había llamado por señor y por encima de su cabeza observo a la chica inconsciente que su señor tenia entre las manos. Con un enorme impulso se acerco de prisa a agarrar a la chica, pero su señor le tomo la mano antes de que pudiera acercársele.

 — Ni siquiera te atrevas a tocarla o te arranco la mano ahora mismo  — en un tono frio y enojado, el señor apretó el puño en la muñeca de su sirviente, haciendo que este se quejase de dolor  — ¿Lo entendió?

 — Si, señor  — contesto firme el hombre y su señor lo soltó. Tomo todo el auto control que quedaba en su interior y cargo a la chica inconsciente entre sus brazos. Sintiéndose totalmente aturdido por los lentos latidos del corazón de la chica, junto con el olor de su sangre, también tenia que controlarse con el retumbe de su corazón en sus oídos. Por algún momento hubiera deseado que estuviera muerta y acabar con esta tortura de una vez, pero desafortunadamente estaba con vida y cuando despertara estaría acorralada por los planes que tenía en mente  — ¿La llevara con usted? ¿No es demasiado arriesgado? se que se puede controlar, pero con mis sinceras palabras diré que el olor de su sangre es rara, aparece que está mezclada y estoy seguro que si alguien más la hubiese encontrado la drenaría sin pensarlo, sin tener la menor de las piedades. Solo mire lo que paso conmigo, no pude controlarme.

 —  ¿Crees que no lo se? pero no es la sangre de su vestido a la que no pudimos resistirnos, sino el que está corriendo por sus venas. No puedo quedarme quieto dejando una exquisites como esta tirada, aún está viva...

 — No puede ser ¿Habla en serio?

 — Aún no estoy seguro, pero lo averiguaré. Ahora el informe Josh  — reclamo ignorando sus palabras, caminando hacia donde esta su trasporte con la chica manchada de sangre entre sus brazos.

 — Encontramos unos hombres repletos de sangre  — pauso y miro de reojo a la chica  — Al ver en las condiciones deterioradas en la que está esa chica, me atrevo a decirle que ella tiene que ver con lo que pasó. 

 — Atenlos y los llevaremos con nosotros, cuando ella despierte sabremos que hacían por nuestro bosque y también por que rayos están repletos de sangre. Veremos si merecen vivir.

ASH.

Inesperado destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora