Hoy es un día especial, pues hace unos días el profesor nos indicó que haríamos una dinámica en la que vamos a intercambiar cartas con otro instituto, y hoy nos va a llegar la respuesta a nuestra carta pasada.
Todos estábamos en nuestros asientos inquietados por la carta, el momento esperado llegó, nos repartieron las cartas, tomé la mía entre mis manos y la admiré por unos segundos, en silencio.
Me preguntaba qué diría dentro, qué estaría escrito en ese pedazo de papel, la abrí desesperada pero al desdoblar el papel muy bien doblado dentro del sobre, me llevé una sorpresa.
Lo único que estaba escrito en él era la palabra "mira" abarcaba todo el papel, extrañada la guardé nuevamente en el sobre, el resto de las clases las pasé pensando en eso, es decir, ¿Qué quería decir?, en respuesta de eso escribaí en mi carta "¿Qué quieres decir?".
Al día siguiente me levanté para ir a la escuela, me llegó la respuesta a mi carta como era de esperarse, al abrirla me dí cuenta de que era una carta de otra persona, la cual me contaba sobre su vida, me extrañó mucho, comparé las direcciones de ambas y eran muy distintas.
Me habían cambiado de persona, no dije nada pero me quedé pensando en eso el resto del día, al caer la noche mis padres habían salido, así que tomé una decisión de la que sin saberlo me arrepentiría en un futuro no muy lejano.
Tomé una lámpara y salí de casa, me dije que no tardaría pero aún así les dejaría una nota a mis padres, la cual decía lo siguiente:
Mamá y papá, fuí a la casa de una amiga, no me esperen para cenar, un beso.
Así podría tomarme el tiempo que necesitara, salí de casa y seguí la dirección de la postal, al llegar comenzó lo extraño, se me puso la piel de gallina y los pelos de punta, la casa estába abandonada, no había rastro de vida.
No dejé que esto me acobardara y entré, utilicé mi linterna para poder echarle un vistazo a la casa, estaba sola, no había nadie dentro, caminé hasta la última habitación que me faltaba por recorrer.
Al entrar había una hoja y un bolígrafo al lado, encima de una mesa de madera color café, la hoja tenía escrito en todo el espacio la palabra "mira", me petrifiqué, no sabía que hacer, algo me decía que tenía que salir corriendo ahora mismo.
Mi linterna se apagó y me quedé completamente a oscuras, temblaba y estaba petrificada, tenía más miedo del que me gustaría admitir, escuché pasos y risas en la planta de arriba y luego escuché los pasos bajar las escaleras.
Sudaba frío, estába pálida y temblaba, mis ojos transmitían terror, estába aterrada, mi linterna volvió a encenderse, alumbré a todas las esquinas hasta que en una de ellas se apreciaba una pequeña niña, su cabello negro como la noche cubría su rostro, y no podía distinguir sus rasgos faciales.
Pero si podía ver su sonrisa maliciosa apesar de la presencia de su cabello en su rostro, ella sólo me miraba mientras yo temblaba y sudaba cada vez más, de pronto se lanzó hacía mí, emití un chillido y salí corriendo de ese lugar antes de que ella pudiera alcanzarme.
Volví a casa, no recuerdo nada después de eso, sólo sé que ahora cada vez que voy a dormir en una esquina de mi habitación se encuentra esa pequeña niña.
Yo prefiero no mirar y me quedo temblando, mirando hacia la ventana, pero siempre la escucho susurrar "mira" y cuando amanece me promete regresar, y así lo hace, cada noche...
