-¡Papá! ¡Papá!- lo llamaba la pequeña Judith de cuatro años.
Pero el hombre de rulos no se detuvo y siguió caminando adentrándose a la prisión.
Era irónico, hace un tiempo había estado en la misma situación, pero ahora no tenía fuerzas para nada,ni para gritar,ni para llorar, ni para levantarse del suelo en el que segundos antes se había sentado.
-Hey. Rick.- dijo el asiático mientras se hincaba frente a el.- Sabes que Judith no es la culpable.
Claro que lo sabia, era una niña inocente, sin culpa, la culpa era de él, por no poder cuidar lo que amaba.
-Rick, vamos, viejo.- siguió el asiático.- Carl y Judith te necesitan.
-Ya no puedo.- salió como un susurro de los labios del Sheriff.
Glenn sintió lastima de inmediato, el no se imaginaba el dolor que sentiría Rick en ese momento, por eso prefirió dejarlo solo un momento, claro, no sin antes dejar lo único que quedaba de aquel sureño, su poncho y una de sus flechas.
Rick en cuanto vio las cosas de Daryl en sus muslos, sintió sus manos temblar, como su vista se volvía borrosa por las lágrimas y como el nudo en la garganta lo asfixiaba cada vez más, hasta que tuvo que abrir la boca para respirar, soltando un sollozo en respuesta.
Glenn había salido de la celda del cazador para darle el tiempo necesario al Sheriff.
Rick abrazo sus rodillas y dejo fluir sus lágrimas, Daryl se había arriesgado por su pequeña y como resultado termino con una mordida en su cuello y amtebrazo...no había ninguna esperanza como con Hershell.
Apretó el poncho de su amado contra su rostro y dejo salir un grito entrecortado, mientras con una mano golpeaba el duro suelo.
Sintió como una mano tomo la suya y como acariciaban su cabeza, asustado se aparto pegando su espalda a la pared, era Hershell, el hombre de cabellos y barba blanca, el que era un padre para el y para Daryl.
-Hijo...-susurro con lastima el hombre acariciando la mejilla del líder.
Este solo hizo que el labio inferior del Sheriff comenzara a temblar y sus azules ojos enrojecer.
-Vamos, debemos...enterrarlo.-dijo Hershell en un susurro lo ultimo mientras secaba una de sus lagrimas.-Daryl, te mataria si no vas.
Rick se levanto con la ayuda del hombre y ambos salieron de la prisión para ir hacia el grupo.
Pudo ver lo desecha que estaba Carol, ella siempre estuvo para Daryl cuando no estuvo el, Alex abrazaba por los hombros a la mujer, consolándola.
Carl con Judith de la mano, ocultaba su rostro lleno de lagrimas con el sombrero de Sheriff que su padre le regalo en algún momento y de su cadera colgaba el cuchillo que alguna vez pertenecio a su otro padre, Daryl.
Hershell apretó el hombro de Rick dándole su apoyo, el Sheriff mordiendo su mejilla interna tomo una pala y comenzó a enterrar el cuerpo cubierto con una sabana blanca.
Judith intento abalanzarse sobre el cuerpo de Daryl un par de veces pero al final Carol la tuvo que tomar entre sus brazos e irse dentro de la prisión junto a Carl, en cuanto Rick termino de enterrarlo.
Cada uno de los presentes le dio el pésame al líder y luego con el paso de las horas comenzaron a adentrarse a la prisión.
Rick y Hershell no querían ir dentro, Rick porque sabía que en cuanto fuera a dormir extrañaria los brazos del cazador alrededor de su cuerpo y la cabeza de este sobre su pecho, extrañaría el cosquilleo que el cabello largo de Daryl provocaba en el cada vez que este se movía dormido.
Las piernas de Rick cedieron y termino arrodillado frente a la cruz de madera que Carl se esmeró en hacer, con sus manos arranco unos pastos que habían alrededor y apretó sus manos.
Hershell se sentía mal y quisas era uno de los mas triste aparte de los Grimes. El pequeño Dixon era como un hijo mas, el hombre sentía como si hubiera perdido un hijo, era el mismo dolor que sentiría si hubiera sido Beth o Maggie. Pero aparte del dolor de perder a su hijo -que ya en si era grande- tenía el dolor de ver a su otro hijo,devastado,sin ganas de luchar,de vivir.
El hombre agacho la vista y tras acariciar la espalda de Rick, se giro y fue dentro de la prisión, dándole privacidad al Sheriff.
El hombre al estar solo, recostó su espalda en el frio pasto al lado de la tumba de su amado, mirando las estrellas y deseando morir junto al cuerpo inerte del hombre a su lado.
Metio su mano dentro del bolsillo de su chaqueta y saco la primera rosa Cherokee que Daryl le había regalado. La dejo sobre la tierra humeda de la tumba, sellando el amor eterno que le tendría a su cazador de ojos celestes, que por fuera era un hombre duro pero por dentro era un hombre frágil y que necesitaba amor.
Asi recordaria a su cazador, Daryl Dixon.