autumn

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—Ya que la última clase terminó, ¿Hay algo que quieran hacer?

El salón estaba vacío a excepción por el pequeño grupo al final del aula. Minji aún estaba sentada en su puesto compartiendo auriculares con Hanni a su lado, quien le enseñaba felizmente su nueva playlist de r&b para el otoño de esa temporada.

Hyein en cambio se sentó sobre la mesa frente a la mayor balanceando sus piernas a la par que preguntaba por su próxima parada antes de ir a casa.

—Mmhm, no lo sé, ¿Qué tal si damos un paseo por el parque? Aún no hace demasiado frío y...

—¡Podríamos comprar chocolate caliente!

—Exacto —Haerin sonrió. Ya era común para ella que Danielle finalizara sus oraciones en su lugar—. ¿Qué opinan ustedes?

—Suena bien para mí, es una tarde genial —Minji les sonrió y luego miró a través de la ventana, comenzaba a adorar los pigmentos cálidos del otoño.

—Estoy de acuerdo, deberíamos aprovechar antes de que inicien las lluvias —añadió Hanni.

—¡Estupendo! —Hyein bajó de la mesa de un salto entusiasmada por el plan instantáneo, para ella no había nada mejor que divertirse un poco luego de dormir durante las últimas horas de clase.

Ya estaban todas fuera caminando distraídamente como siempre. Danielle y Hyein charlaban con entusiasmo sobre sus planes luego de graduarse, quedaban pocos meses y ese era el tema furor entre los estudiantes de su grado. Por otro lado, Haerin caminaba tranquilamente, feliz de haber decidido llevar sus orejeras de gato para contrarrestar las ventiscas heladas que surgían de la nada, a la par, observaba atentamente como las hojas anaranjadas volaban libremente por los aires.

Finalmente estaban Minji y Hanni, ambas perdidas en sus propios pensamientos. Para Minji eso era algo muy común últimamente, su compañera de asiento ha estado tomando dominio sobre su conciencia. Durante sus horas de estudio venía a su mente la tierna sonrisa de la más baja o algún comentario tonto que soltó durante el día y que le provocaba risas cada vez que lo recordaba.

Le pareció estúpido pensar en ella cuando justamente la muchacha caminaba a su lado, decidió dejar de mirar sin mucho interés el entorno para enfocarse en Hanni, notando algo peculiar.

La bufanda blanca resaltaba sobre el uniforme azul marino y cubría el rostro de la azabache hasta sus labios, ese detalle no le sorprendió, Minji era consciente de que la más baja era mucho más sensible al frío que la mayoría. Siguiendo con su observación notó que Hanni frotaba sus manos rojas entre sí, como si de esa manera pudiera aliviar el frío de ellas.

—¿Qué sucedió con tus guantes de lana? —preguntó preocupada.

—Se me quedaron en casa al intentar llegar a tiempo esta mañana —respondió con un gimoteo.

—No creo que vayas a entrar en calor por frotar tus manos así.

—Está bien, solo debo aguantar hasta llegar a la cafetería, podré abrazarme al vaso caliente más tarde —Minji la miró con un poco de preocupación, sabía que Hanni no iba a disfrutar la caminata con esa pequeña molestia.

—No, no está bien —la más alta sacó las manos de los bolsillos de su suéter revelando los guantes azules que llevaba puestos—, toma, ponte esto —no esperó a que Hanni los recibiera, ella misma los acomodó en las manos más pequeñas de la chica, se veía adorable.

—¿Pero qué hay de ti? Tú también los necesitas —llevada por la sorpresa no hizo más que mirarla bobamente, atónita por el gesto inesperado.

—No hay problema, yo puedo soportarlo. Prefiero cuidarte antes de verte sufrir así —sus dedos se movieron por sí solos hacia el cabello de la muchacha y con los dorsos de estos acomodaron las hebras azabaches detrás de su oreja.

SUNSETZ ๑ BBANGSAZ OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora