UNO

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3:34pm
Calle Flores


- De seguro ya has visto a la secretaria Joy tantas veces a escondidas que te estas aburriendo de ella y por eso no le respondes la llamada.
- ¿Aburrido? Debes ver como es en la cama, ni tu serias capaz de aburrirte de ella.
- ¿Y entonces qué es? Su marido ya los cacho; me das risa Robert... Eres un oficial de policía y él sólo un dentista de ¿Cuántos años tendrá ese tipo? Los dobles o triples que tú.
- ¡Cállate Vargas! Olvida eso, déjame a mi morir de la forma que quiera.
- A cómo veo será pronto.
Ambos nos reímos al mismo tiempo y en breve nos callaron porque en ese momento sonó la radio de la patrulla.

[Patrulla 506, se está efectuando un robo a dos cuadras de su ubicación, Relojería WRA, cambió]

- Confirmado, vamos en camino. Cambio y fuera.

Mi compañero puso el motor en marcha, e hizo sonar la cirenas de emergencia para que los peatones y carros nos cediera en  paso. Estábamos bien atentos a cualquier movimiento extraño que estuviera pasando cerca de la zona del robo, todo por esa carretera estaba igual que todas las tardes de sábado, tranquilas y con el aroma a café que emanaba de las cafeterías que estaban por ahí.
- Vargas, ¿Estas lista?
- Siempre Robert –le sonreí–

Llegamos a la dicha tienda de relojería y en cambio del recorrido anterior estaba más ruidoso y las personas cercas estaban con cara de temor. Al mismo tiempo que salimos del vehículo sacamos nuestra arma, Robert fue quien entró a revisar el lugar, yo desde afuera pude ver a unas cinco o seis personas boca abajo en el piso. Un señor que parecía ser el dueño del local por el gafete que traía en su camisa, al mirar a mi compañero fue el que se levantó de primero rápidamente y con mucha agilidad a pesar de su ya avanzada edad se dirigió a mí sin dudarlo, tomó mi mano izquierda haciéndome bajar el arma pude notar que temblaba como gelatina, pude ver sus ojos nublarsen un poco y de pronto suelta una frase que hizo eco en mi cabeza.

- Llegas un minuto tarde, Helen.

Sentí por todo mi cuerpo un escalofrío que nunca antes había sentido. No hice más que mirar al hombre sin poder decir una palabra.

- ¿Cómo sabe su nombre, señor?

Habló mi compañero rápidamente que ni siquiera note cuando se acercó a nosotros.

- Uno de los ladrones me lo dijo... Dijo que yo debía hablarle a la señorita.

Él hombre estaba un poco pálido

- De acuerdo señor ¿Vio hacia dónde se fueron? ¿Pudo ver quién era?

- No los vimos, pero yo escuché que se dirijierom hacia allá –señaló una calle de piedra que había al lado del local la cual no había salida como tal sino a un área donde se iba a la montaña–

- Esta bien, señor. Ahora intente tranquilizarse y espere cerca de la patrulla. Y los demás ya pueden levantarse de ahí ya no hay peligro, salgan uno a uno a la patrulla, mi compañera Vargas les hará unas preguntas.

Yo seguía  pensado en quiénes eran esas personas y cómo sabian mi nombre. Una a una de las víctimas les tomé sus nombres y números de teléfono lo más básico para poder contarnos con ellos si lo llegáramos a necesitar.
Todos estaban bien ningún herido. Puse mi atención en una madre con su pequeño que al parecer se le estaba dificultando al respirar, mientras ella lo intentaba guiar con su respiración. Me acerqué a ella me preocupo que el niño no estuviera bien y necesitara atención médica.

- ¿El niño padece de asma o algún problema del corazón, señora?

- No oficial, él es un niño sano sólo que esto nos tomó por sorpresa a los dos.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2023 ⏰

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