No había luz, ni siquiera en los pasillos de la casa de los Sánchez. Rick ya estaba acostumbrado y se había adaptado a esta forma inusual de vivir, pero esta noche iba a ser diferente. El pequeño Rick escuchó en la radio que esta noche comenzaría a llover. Aquella noticia le causó una gran alegría, tenía una excusa para acostarse con su padre. Lo que no se esperaba eran los escandalosos relámpagos que aparecían de vez en cuando, iluminando algunas partes de la casa, salvo que en ciertas ventanas las cortinas se encargaban de tapar la luz.
Al pequeño Rick le costaba caminar, le tenía mucho miedo a los rayos pero no se dio por vencido por lo que avanzó hasta llegar a la puerta de la habitación de sus padres. Una vez llegado y a punto de tocar la puerta, escucho gemidos y frases bastante obscenas. Rick vaciló, no quería interrumpir a su padre pero el relámpago lo hizo reaccionar y se atrevió a tocar la puerta.
Un sonido molesto se escuchó desde el otro lado de la puerta.
—Papá. — No hubo respuesta, volvió a llamar a la puerta—¿Papá?
—¿Qué quieres? — El señor Sánchez sonaba molesto y algo irritado. El pequeño Rick dudaba en seguir preguntando pero no se iba a dar por vencido, quería que su padre accediera a acostarse con él al menos hoy.—¿Puedo pasar?
—¿Para qué?
— Para poder dormir contigo hoy.
—¿Por qué diablos crees que te dejaré dormir conmigo hoy?
— Es que hay demasiados rayos.
—¿Y?
—Y les tengo mucho miedo. Hacen mucho ruido.— No hubo respuesta y Rick comenzó a entrar un poco en pánico hasta que se calmó cuando escuchó a su padre levantarse de la cama y dirigirse a la puerta. El Sr. Sánchez abrió la puerta y se quedó con los brazos cruzados mirando a su hijo. El pequeño Rick se quedó quieto, miró a su padre detenidamente hasta que algo llamó su atención. Algo sobresalía de los bóxers de su padre, pero no tenía idea de qué era.El Sr. Sanchez se percató de la curiosidad de su hijo y trono sus dedos llamando la atención del aturdido Rick.
—¡Hey! Mis ojos están aquí no haya abajo.
—Sí, papá.
—Y por última vez, deja de llamarme papá ¿de acuerdo?
—Sí, Sr. Sanchez— un ruido estruendoso espanto al pequeño Rick, tembloroso se tapó los oídos. El Sr. Sanchez se rio de lo patético que se veía su "hijo".
—Si te dejo dormir hoy ¿dejarás de molestarme por el resto del día?Rick asintió. No quería destaparse los oídos por si su padre lo engañaba y luego le decía que no y cerraba de un portazo.
— Está bien, entra. Pero no te acostumbres o te romperé los pocos dientes que te quedan.
Los ojos de Rick se iluminaron de alegría y este asintió y se apresuró a entrar en la habitación. El Sr. Sánchez cerró la puerta asustando al pequeño Rick, quien saltó a la cama por miedo. El mayor solo puso los ojos en blanco, estaba tan cansado como para tratar de tolerar esa situación. Padre e hijo se acomodaron en sus respectivos lugares. Rick quería abrazar a su padre, pero cuando se dio la vuelta, el Sr. Sánchez estaba de espaldas a él. Decepcionado, Rick expresó —descansa— como era de esperar, no escuchó ninguna respuesta.
Los relámpagos sonaban y de cierta manera le ayudó a Rick a apresurarse a dormir.
Pasaron dos horas y el pequeño Rick dormía plácidamente salvo que un fuerte ruido lo despertó. Fue culpa del rayo. Rick trata de calmarse y ve a su padre aún despierto, se ve algo inquieto y diferente.
—¿Papá?
—¿Qué carajos quieres?
—¿Estas bien?— la mirada de su padre hacia el es bastante inusual.
—¿En serio me estás preguntado eso?
—Sí... es que te veo algo inquieto.
— ¿Te molesta? Si te molesta, te puedes largarte de aquí.
—No me molesta, solo quería saber si
—¿Saber qué? ¿En ayudarme? No gracias.—Rick al escuchar la palabra "ayudar" vio una segunda oportunidad de estar mas cerca de su padre de sentir valoración.
—¡Sí! Puedo ayudarte, papá.—El mencionado volteó a ver feo a su hijo y este se retractó y corrigió—perdón, Sr. Sanchez.
—¿Al menos sabes el malestar que tengo?
—No, pero puedo ayudarte.
—No, no puedes. Tal vez serias de ayuda sí fueras mujer pero lamentablemente eres un miserable niño.
—¿Qué tiene de malo ser un niño?
—Para un padre que perdió a su esposa la respuesta es mucho porque limita mis ganas de querer abusar de ti.Rick nuevamente se sintió mal consigo mismo, no podía ayudar a su padre no solo por ser un niño sino también por ser la causa de que su madre se suicidara. Sus padres no lo amaban y él lo sabía, pero trató de hacer que lo amaran al menos un poco.
—Puedes abusar de mí, Sr. Sanchez.
—¿Acaso te escuchas? Ni siquiera sabes que significa la palabra "abusar".
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SR. Sanchez/Rick Sanchez
FanfictionRick ya no será tan ignorante después de pasar una noche con su padre en la cama.