Capitulo Único

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Ochako sintió un dolor en la espalda y un zumbido en la sien, pero cuando abrió los ojos, se encontró con la oscuridad. Desplazándose, había resistencia a cada lado, sólida y chirriante. Cedería si empujaba, pero tras un intento, le cayó tierra en la cara.

Oh...

Oh Dios...

Todo Japón fue testigo de la lucha del héroe número cinco contra una jaula de madera. La cámara apuntaba desde un lado, observando su perfil mientras estaba atascada en su sitio. Ochako jadeó un momento, ansiosa por liberarse, hasta que su respiración se igualó y se llevó la mano a la garganta. Dos dedos presionaron su cuello, se tomó el pulso y se mantuvo tranquila...

Estaba conservando el aire...

A Katsuki le hirvió la sangre. Ochako estaba atrapada y él ni siquiera estaba seguro de dónde carajo estaba. Se suponía que debía ir con ella, pero estaba frustrado y no quería estar cerca de ella.

Y esto es lo que pasó...

Ochako era lista - no gritó ni chilló, no martilleó ni arañó la superficie de su prisión - puso a prueba su durabilidad, pero una vez que se había desplazado lo suficiente como para traer tierra, se dio por satisfecha de que moriría antes de poder salir a la superficie.

Bueno, al menos así lo veía Katsuki.

Una luz se encendió desde lo alto de la cámara, asustando a Ochako y haciéndola saltar de sorpresa. Sus ojos se cerraron con fuerza ante la repentina luminosidad.

-"Hola, Uravity"- Dijo una voz. Era fuerte y distorsionada. Katsuki no podía saber si a Ochako le sonaba igual que al resto, pero era clara como si estuviera allí mismo con ella. Katsuki se encontraba entre la multitud, observando junto a héroes y civiles conmocionados ante la imagen que tenían delante.

-"¿Dónde estoy?"- preguntó ella cubriéndose los ojos.

-"¿De verdad esperas que responda a eso?"-la voz rió. Ochako se quitó la mano de la cara.

-"¿Qué preguntas puedo hacer que obtengan respuesta?"- ella preguntó. Katsuki sintió que el corazón se le salía del pecho, que se le rompían las costillas sólo por alcanzar a la mujer que yacía en una caja que podría ser la última vez que respirase.

-"Estoy seguro de que se te ocurrirá algo, Uravity"- El villano volvió a reír. Katsuki apretó las manos con fuerza, haciendo estallar chispas en las palmas.

-"Estoy enterrado, ¿no?"- razonó. Sería estúpido no hacerlo, pero tenía que cubrir todas sus bases.

-"Sí"-

-"¿Cuánto tiempo me queda?"-

Hubo una pausa: el país contenía la respiración. Esperando a conocer su destino.

-"Aproximadamente cinco horas"-

La multitud que se había reunido frente a las pantallas en la calle jadeó. Katsuki se quedó boquiabierto.

Lo único que podía hacer era apresurarse.

Dejó que su quirk saliera disparado a sus pies, lanzándolo por los aires y remontando el vuelo hacia su agencia. Apenas tardó dos minutos en llegar, incluso volando como estaba y...

Cada minuto que tardaba era otro minuto que ella no tenía.

Bajó al tejado y, cuando llegó a la oficina principal, ya se había congregado una multitud.

-"¿Qué carajo tenemos?"- gritó Katsuki. En su comisaría había héroes de todas las agencias. Vio a gente del instituto en la que hacía años que no pensaba. Todos estaban allí por ella. El único que faltaba era Deku, que llevaba meses en la otra punta del país y, a pesar de sus habilidades, nunca sería capaz de volver a tiempo. Eso debe estar matando al pobre desgraciado. Algo en él se sintió esperanzado por una fracción de segundo, pero sabía que la esperanza no podía entrar en la ecuación. Todos tenían que actuar.

No quiero dormir en la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora