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POV: Levi Ackerman está enamorado de ti

Playlist que inspiró este POV :)

Él parecía demasiado poderoso. ¿Podrías llegar a ese nivel algún día? Definitivamente no era probable, pero eso no significaba que dejarías de intentarlo. Te convertirías en la próxima mejor soldado de las Fuerzas Armadas de Paradis y el capitán Levi te iba a enseñar sus secretos.

Pero había un pequeño obstáculo. Él nunca estaba cerca, y cuando lo estaba, te evitaba como a la peste.

"¡Capitán, mire!", le decías cada vez que te tocaba entrenar en combate con otros cadetes. Todos los demás te lanzaban miradas extrañas, pensaban que eras una idiota irrespetuosa que acababa de hacer el ridículo delante del mejor soldado que jamás haya existido.

Pero, aunque él continuaba rechazando groseramente tus peticiones, seguiste pidiéndole ayuda.

"Capitán, mi nombre es y/n, por favor déjeme entrenar con usted" Le dijiste llevando tu puño al pecho. Él tenía los brazos cruzados y esa expresión severa por la que todos le conocían.

"Ésta es el décima vez que me acosas y me dices lo mismo..."

"¡Señor, sí, señor!" Dijiste emocionada, era la primera vez que te hablaba más de un segundo.

Parpadeó ofendido y arrugó las cejas "No había terminado de hablar, mocosa".

"¡Con el debido respeto, señor! No soy una...mocosa, señor". Querías dejar claras tus intenciones, que tenías agallas para enfrentarte a él sin vergüenza ni miedo.

Te miró detenidamente por un momento, agarró su capa, la abotonó con sus manos delgadas y dijo "Vuelve con tu escuadrón".

"Pero, capitán...", empezaste.

"No era una pregunta", advirtió Levi. Pero tu ego herido no te permitía moverte. "¡Vete!" ordenó una vez más, perdiendo la paciencia. No tuviste más remedio que obedecerle y tus pies se movieron en pasos vacilantes. ¿Por qué no quería enseñarte? ¿De verdad te odiaba tanto? Pasaron los días y seguiste intentando llamar su atención, pero no parecía funcionar. Sin embargo, de vez en cuando le pillabas mirándote en alguna sesión de entrenamiento, decidías tomar eso como una victoria.

En una de esas noches en las que no podías dormir a causa de las pesadillas, decidiste dar un paseo. La luna parecía tan grande y majestuosa. Te hizo desear estar allí arriba, disfrutar de la vista, ver qué había más allá de los muros y los titanes. Mientras caminabas de vuelta a tu dormitorio, cerca de las oficinas de los capitanes, oíste voces. Parecía una discusión acalorada que definitivamente no te incumbía. Te sentaste y esperaste a que terminaran para no cruzarte con ellos.

"Todo es diferente ahora, Levi"

"¡Actúas como si yo no lo supiera, Erwin!"

Eso fue lo único que lograste entender. Y fue suficiente para caer en cuenta de que no debías ser vista, o parecería que habías estado espiando su conversación. Te levantaste y en silencio caminaste en dirección contraria. Sentiste como el alma te abandonaba el cuerpo cuando  alguien tiró del cuello de tu camisa.

"Otra vez tú", un escalofrío recorrió tu piel cuando escuchaste la voz grave del capitán Levi.

Intentaste darte la vuelta, pero él no te dejó "Lo siento sólo estaba dando un paseo, yo... no oí nada", te apresuraste a explicar.

"Tienes que aprender a respetar límites, ¿sabes?"

"¡Le juro que no estaba acosándolo! ¡Ya no quiero su ayuda, capitán!" Era mentira, pero no se te ocurría otra forma de convencerlo. De repente, sentiste su cálida y pesada respiración en tu oído. Sus nudillos rozaron la piel de tu nuca, tu cuerpo respondió con piel de gallina y pudiste sentir cómo tus rodillas comenzaban a flaquear.

En un tono casi amenazador, te susurró al oído: "¿Tienes idea de cómo se ven tus muslos cuando haces flexiones?", acercó su rostro a tu cabello, intentando beber un poco de tu fragancia.

Tus mejillas ardían y tu mente nunca había estado tan conflictuada. Tu cerebro no podía dar una respuesta a eso lo suficientemente rápido.

"Aléjate de mí, y/n o ya no me contendré más", dijo, en un susurro que envió otro escalofrío por tu espina dorsal.

Te soltó la camisa y desapareció entre las sombras. Dejándote allí, con el corazón acelerado y un nuevo desdeo que no sabías que podía despertar.