Durante los siguientes días, los entrenamientos transcurrieron como siempre solían ser. Simplemente evitaban las miradas prolongadas y hablar sobre lo que sucedió aquella noche. Aunque Daniel en realidad deseaba una explicación de por qué ambos cedieron a besarse en la oscuridad. ¿Acaso Johnny sólo se aprovechó del momento y no le gustó la experiencia? Estaba muy confundido y no sabía en quién podría confiar para contarle y recibir un consejo al respecto.Daniel trataba de traer el tema a la conversación mientras entrenaban. Johnny al darse cuenta hacia donde conducía la conversación, cambiaba de tema rápidamente. Se sentía tan culpable de hablar sobre algo que lo hizo sentir tan bien a pesar de estar mal. No quería acercarse demasiado de nuevo, pero tampoco quería alejarse del menor.
Aquella tarde al finalizar el entrenamiento, ordenaban sus cosas para irse y Daniel puso el tema sobre la mesa nuevamente.
–Ya escuché el disco que me obsequió sensei.
–Oh —dijo sorprendido—. ¿Y qué te pareció?
–Me encanta, es como si todas estuviesen conectadas para contar una historia sobre alguien enamorado.
–Es sólo un gran álbum, pero no le des tanta importancia LaRusso.
–Sensei, sobre lo que pasó esa noche en...
–¡Silencio! —interrumpió gritando—. Ya hablamos de eso ¿lo olvidaste? será mejor que te esfuerces por mejorar tus patadas LaRusso.
Daniel se quedó callado inmediatamente ¿Su sensei no sintió nada durante ese beso? entonces, ¿por qué lo hizo? Desde entonces, no mencionaron nada sobre lo sucedido.
Mientras tanto, en cada entrenamiento durante el tiempo en que Daniel se concentraba haciendo los ejercicios, Johnny no podía evitar desviar la mirada y recorrer el cuerpo del menor disimuladamente. Ver ese cuerpo delgado lanzando patadas con fuerza o estirarse en formas peculiares, observando como el sudor bajaba por su cuello hasta su pecho.
Tenía cuidado de que el menor no lo atrapara viéndolo en la forma en la que lo hacía. Su mente lo traicionaba con pensamientos indecentes, recordando el beso de aquella noche. Recordando la sensación de su cuerpo delicado contra el suyo. Siendo la oscuridad único testigo de lo que habían hecho.
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Era un día nublado y la temperatura bajaba. Durante el entrenamiento que el sensei Lawrence impartía a los chicos, se distrajo un momento y se dirigió a su oficina. No podía dejar de pensar en Daniel y eso lo agobiaba de muchas maneras.
De pronto un golpe y el sonido de cristales cayendo lo trajeron al presente. Los chicos habían roto un espejo del dojo; al parecer no podía dejarlos solos por un minuto.
Después de castigarlos porque nadie delató a los culpables, hicieron burpees hasta no poder más y dio por finalizada la clase. Tenía que cancelar la clase con Daniel, el dojo era un desastre y era imposible entrenar así. Tendría que comprar y reemplazar el espejo.
Muy tarde recordó que no le avisó a Daniel a tiempo, por lo que lo vio llegar al dojo cuando él iba de salida.
–Lo siento LaRusso, hoy no habrá entrenamiento.
–Pero ¿por qué?
–Hubo un pequeño accidente y debo comprar algunas cosas que hacen falta. Te veo mañana.
–¿Puedo acompañarlo? Quiero decir, no tengo nada que hacer y no vine hasta aquí por nada. —creyó que era una buena excusa para pasar tiempo con el mayor.
–Lo sé, olvidé avisarte y gracias pero, prefiero ir solo.
–¿En serio quiere ir solo? Quiero decir... puedo ayudarlo a cargar algunas cosas. —titubeó, esperando una respuesta positiva del mayor.
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You're the one [LawRusso AU]
FanfictionDaniel y su mamá se mudan a California. Daniel encuentra un dojo y un sensei que cambiará su vida para siempre. ¿Deberá hacerle caso a los sentimientos que florecen por un hombre mayor o debe simplemente ignorarlo?