Verano del 2023...
Mi nombre es Marion Jung si, lo sé, se preguntarán por que la mezcla de occidente con oriente ¿No? Yo también me lo pregunto, aunque, mis padres aún no tienen respuesta para eso, solo paso dicen, pero esa es otra historia; les cuento que, por ahora estoy de visita con mi abuela, porque sí, este verano me toco visitar a la abuela en mi cumpleaños número 18, hace muchos años que no la veo, y siento algo de nostalgia al respecto, ella es la matriarca de la familia Jung y me quiere mucho a pesar todo, y que es todo, bueno no es un secreto para nadie que los coreanos no tiene bien visto que los primogénitos de las familias se casen con extrajeras, mi padre por decirlo de alguna manera, le gusta romper las reglas, un poco y al ser el consentido de la abuela, pues heredé ese cariño.
Llegue por la tarde a casa de la abuela y estaba lloviendo, lo que provocó un apagón por la fuerte lluvia y pronto comenzó una tormenta eléctrica cuando la noche comenzó a caer una vez en la casa, ella me recibió con un gran abrazo y una taza de chocolate, adoro el chocolate y aún no he olvidado el sabor del que ella siempre preparaba para mi cuando era pequeña, antes de que me mudara lejos con mis padres, ella estaba muy contenta de verme y se sentó en la mesa de la cocina mientras bebía de mi taza,- has crecido mucho me dijo-, que bueno que estas aquí tengo tantas cosas que contarte, es tiempo que conozcas la historia de las familia es importante conocer la historia para no volver a cometer los mismos errores, fue su comentario antes de levantarse de la silla y caminar escaleras arriba acompañada de la tenue luz de la vela que traía en las manos, termine mi bebida y tomé la otra vela que mi abuela me había dejado en la mesa de la cocina, deje la taza en la tarja y me dispuse a irme al cuarto que me había preparado, y fue cuando sentí algo extraño como si tuviera la mirada de alguien encima de mí, no le di importancia y subí a mi habitación, me cambie por una pijama y me metí a las cobijas no había luz y no pensaba bañarme a la luz de la vela, la lluvia no dejaba de caer y la ventana no dejaba de retumbar cada vez que un trueno caía no muy lejos de ahí o por lo menos así me parecía, me acurruque entre las cobijas mirando hacia la ventana y por un instante tan rápido como el trueno vi una sombra dibujada sobre la cortina, cerré y abrí mis ojos tratando de procesar lo que mis ojos habían visto, me acerque a la ventana y abrí la cortina y no había nada, ya no estaba, regrese a mi cama tratando de cerrar mis ojos para poder dormir, sin saber que esa noche comenzaría todo otra vez.