Una vez culminada la ruta pacífista, Frisk quiere concluir su travesía por el subsuelo con una genocida, matar a todos. No obstante, Sans no se lo permitirá. Frisk, viendo que Sans está consciente de sus resets, decidió darle una oportunidad de fren...
El alma es la culminación de nuestro ser, nuestra esencia. El alma de un monstruo lo compone totalmente, mientras que la de un humano solo es su esencia alojada en un cuerpo físico. A diferencia de los monstruos, cuando los humanos mueren, su alma puede persistir. Esto debido a una fuerza que poseen naturalmente: la determinación. También, se puede manifestar o interpretarse como la firmeza para la consumación de una acción o la toma de alguna decisión. Se dice que si un humano posee cierto grado de determinación, podrá revivir y regresar de la muerte, a menos que sea por causa natural, ser esencialmente inmortal y asimilar los echos de la vida en un punto de guardado, manifestado como una estrella visible solo para el mismo individuo; con el poder de resetear y reiniciar lo vivido, hasta cierto momento y echo. Asimismo, se dice que hay monstruos que pueden estar conscientes de los resets y recordarlos vagamente, pero solo con una probabilidad de 50%. Sobra decir que esto es considerado un mito más.
Sans, uno de los dos centinelas de Snowdin, se despertó abruptamente. Había tenido un peculiar sueño: una amistosa humana cayó al subsuelo. De algún modo la barrera se destruyó y pudieron salir. También había una flor, todo se tornó blanco y... Como cualquier sueño que cualquiera pudiese tener, no podía recordarlo bien, pero lo importante es que una humana cayó al subsuelo y de algún modo la barrera se rompió y salieron a la superficie para desde ahora, vivir en ella felices y restaurar la convivencia entre humanos y monstruos.
Bostezó y estiró sus huesos. Tomó un minuto para reflexionar a cerca de lo que concibió en sueños. Quizá, no era coincidencia. Al cabo de unos minutos, se teletransportó hasta el mismo punto de Snowdin donde se hallaba su hermano Papyrus.
—Sans, llegaste tarde, como todos los lunes!
—Vamos Paps, no es malo relajar los huesos un poco.
—Ahg! —aveces le molestaba la actitud indisciplinada de su hermano mayor.
Se teletransportó a las afueras, ocultándose entre los árboles. Finalmente pudo divisar a una cirueta salir de la puerta de las ruinas.
Asechó a su presa.
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