Halloween ends, la película que tanto ansiaba ver ya estaba en cartelera.
Llevaba años esperando que mi saga favorita de terror terminase de la mejor manera por lo que me emocionaba mucho por ver la película.
Apenas supe que día se estrenaba, reservé en la última fila del cine ya que no me gustaba ser molestada mientras veía películas.Aquella mañana me levante temprano para alcanzar a comprar un poleron ya que estaba escasa de ropa, por lo que decidí pasar a una tienda.
Luego de eso, con el poleron nuevo ya dentro de mi mochila, me dirigí al cine, en el que para mi suerte no había fila, a si que pase a comprar una bebida grande, ya que más que comer prefiero beber.
Ya en mi asiento, revise la hora, 12.15 y la función comenzaba a las 12.25, me quedaba tiempo suficiente para revisar redes sociales. Mientras miraba Instagram, una chica de estatura media, cabello castaño, vestida con una polera con diseño, un jeans muy ajustado y un muy buen trasero, lo noté porque me lo puso casi en la cara, pasó con su envase de cabritas junto mi asiento para llegar al suyo, unos cuatro a la derecha de mi.Estaban por comenzar los avances y la chica me habló.
-Como que no asistió mucha gente al estreno.
-Es temprano.-le respondí.- la mayoría estudia o trabaja, además aún queda tiempo para que comience la función.
-En esta sala no habemos más de...-comenzó a contar.- cuatro personas además de nosotras y piensa somos las únicas en la fila.
-Es mejor venir a esta hora. La gente habla menos.-le dije aunque hablé un poco pesada. Continué mirando redes sociales pero me volvió a hablar.
-Te parece si compartimos cabritas y tú me das de tu bebida, olvide comprar.
-Estamos lejos.
-Siéntate a mi lado.
-No me moveré de mi asiento.-Ella tomó sus cabritas y se sentó a mi lado derecho.
-Un gusto, me llamo Emilia. ¿Te gusta mucho esta saga?
-Si, mi favorita de terror.-respondí y ella me ofreció de su comida.
-La verdad es que yo no la conozco mucho, era la primera función que estaba disponible.
-¿te da miedo el terror?
-Nop-Termino de decir eso y comenzaron los avances, nada muy interesante.-¿Vienes seguido al cine?
-Me encanta.
-Pero no compras cabritas.
-Solo bebestible como verás.-le dije ofreciéndole de mi coca zero.-aunque si me dan, yo feliz.-ella sonrío.La película comenzó con mucha acción, no habían pasado ni 10 minutos y ya había muerto una persona. A ratos miraba a Emilia pero ni se inmutaba, disfrutaba de sus cabritas que había puesto sobre sus piernas.
Michael Myers había vuelto y le enseñaba al nuevo asesino, más joven claramente, a matar y ser como el. El asesino más joven, dio la casualidad que se "enamoró" de la nieta de la enemiga de Michael, y en la escena en la que ellos van a la cama, pasó un accidente.En mi defensa, la escena estaba caliente y no quería sacar los ojos de la pantalla pero me dio por comer cabritas y en vez de achuntarle al pote, mi mano pasó de largo y le toque la entrepierna a Emilia que ni siquiera me miro, solo se dio cuenta y me sujeto la mano para que no la sacase de ahí.
La temperatura empezó a subir y mi rostro enrojeció, agradecí que en el cine estuviese oscuro.
Ella dejó las cabritas en el asiento vacío que estaba a su lado derecho para comenzar a masturbarse por encima del pantalón con mi mano. En ningún momento me miro, solo lo hizo.
El roce de su jeans se sentía áspero en mi mano, sentía que su respiración se aceleraba y mi cuerpo comenzó a sentir los estragos de la excitación que me estaba provocando la escena que estábamos viviendo.
No se en que momento, ella comenzó a desabrochar su jeans, sabía que quería y yo traía lo necesario.
Con la mano que tenía desocupada, saqué el poleron que había comprado y lo puse sobre sus piernas. Ella soltó mi mano un segundo para bajarse el pantalón junto a su calzón disimuladamente y así quedar de más fácil acceso para que mi mano la tocase.Sin despegar mis ojos de la pantalla, mi mano llego a su sexo. Estaba tan mojada que mis dedos quedaron empapados apenas los sumergí dentro de ella, sin siquiera jugar previamente con su clitoris o labios mayores. Estaba lista para mi.
Deseaba tanto saborearla que saque los dedos de su interior para probarlos, sabía delicioso. Fue en ese momento, mientras disfrutaba de su sabor, que ella levantó el separa asiento que nos alejaba para girarse hacia mi y lamer mi cuello.
Sentir su lengua sobre mi piel me llevo a perder el control.Me giré bruscamente buscando sus labios para llenarme de sus besos, muy apasionados por cierto. Cada vez que nuestras lenguas se tocaban, sentía que que aumentaba la humedad entre mis piernas.
Solté su boca para dejar besos húmedos por su cuello, mientras mis dedos buscaban su sexo para acariciar y tocar cada parte de ella.Luego de besar y lamer su cuello, subí su polera, subí su sostén y tome sus pechos con mi boca mientras mi dedo hacía lentos círculos sobre su clitoris. Comencé a jugar con sus pezones, morderlos, chuparlos y mi lengua hizo lo suyo en ellos. Toda habilidad adquirida con anterioridad, la aplique en ese momento porque deseaba mucho que llegase solo con sus pezones.
Debido a lo excitada que estaba, sus gemidos eran tan fuertes, que mi boca debió silenciarlos.-Acuéstate en los asientos.-le dije.
-No, sigamos así.
-Acuéstate, te quiero chupar la vagina.La chica me obedeció e hizo lo que le dije.
Su sexo se veía tan jugoso, que no demore en llevarlo a mi boca.
Puse mis labios en su clitoris para succionarlo y metí mis dedos ella en una perfecta sincronía, quería que me sintiera dentro.
Su vagina se contrajo y por el gemido ahogado que escuché, supe que había llegado.Se quedó unos minutos acostada para recuperar el aliento, yo me procedí a secar la boca.
Noté que en la película Laurie, la protagonista, estaba en una ardua batalla con el joven asesino y Emilia se acercó a mi oído para decirme.-¿Se puede repetir?.-la mire, la chica ya estaba vestida y le pregunté.
-¿Ahora?
-No, en la siguiente película, tú termina de ver esta, lo mereces.Dejó un delicado beso en mi mejilla, luego se acurrucó en mi brazo y entrelazó nuestras manos.
Con mi novia siempre habíamos querido fingir que éramos desconocidas, nos encontrábamos y era tanta la pasión que nos enrollábamos en un par de minutos.
Fue una experiencia increíble, nos excitó de sobremanera.