One shots - Paulo Dybala

Odiarte no es fácil 2

Cuando llegué a la casa de Paulo nos tiramos en el sillón a ver películas. Estábamos en silencio. Cada tanto nos mirábamos, pero no pasaba nada

-No sé suponía que íbamos a hacer galletitas? -pregunté, ya que la película de Star Wars me estaba aburriendo.

-Si, pero no quiero -respondió, mirándome

-Dale, hagamos las galletitas que me aburro

-Dijiste que te gustaba Star Wars

-Era mentira, era solo para no pelear

-Ah -hizo una pausa, y de la nada se paró - Bueno, vamos a comprar

-Yo traje 500 pesos

-Si, igual solo vamos a comprar chocolate y escencia de vainilla que no tengo

-Bueno

Cuando volvimos lo primero que hicimos fue ponernos delantales para no mancharnos, limpiar la barra de la cocina y comenzamos a cocinar

-Rompé el huevo -me dice Paulo

-Voy -agarro un huevo, y lo rompo. Paulo me da la indicación de que rompa otro y yo lo hago.

De un momento a otro estábamos peleandonos, de joda, poniéndonos harina en la cara. Después me fui al baño a lavarme la cara

-Pauloo!! mirá como me dejaste la cara, forro -me quejé, ya que tenía toda la cara blanca. Al escucharme, el chico vino al baño

-Vos también me dejaste todo blanco hija de puta. -me giré para darme vuelta y parecía un papel. Asíque me cagué de risa -No te rías nena, parezco una hoja pelotuda -dijo, queriendose hacer el serio pero se terminó riendo conmigo.

-Y vos de que te reís?

-De tu cara y de tu risa

-Que tiene mi cara? está igual que la tuya

-Si, pero más linda -No sabía que decir. Cuando abrí la boca para querer responderle lo primero que se me vino a la cabeza, me había encajado un beso.

-No te dió asco besarme cuando tengo banda de harina alrededor del labio? -pregunté.

-Mientras seas vos, no -Yo solo lo mire con ternura, y lo abracé. Probablemente le deje todo el buzo lleno de harina pero bueno.

Cuando lo abracé sentí una banda de emociones, y mi cerebro diciéndome que le diga todo lo que siento por el, porque es más que obvio que nos gustamos. Pero una parte de mi tenía miedo. Asíque lo único que hice fue separarme del abrazo, dónde Paulo me sostenía por la cintura, y le dije;

-Perdoname, te llené todo el buzo de harina

-No importa -Me respondió, mirándome a los ojos, aún con sus brazos rodeando mi cintura, y yo apoyando mis manos en su pecho. Cómo yo era más petisa que el, por aprox unos 10 centímetros, para volver a besarme se tuvo que agachar un toque, y yo ponerme de puntitas. -No te lo había dicho, pero según yo se notaba. La verdad es que me gustas, y mucho -pronunció Dybala

-A mi también me gustas. -Me puse de puntitas, para poder darle un corto y suave beso.

-Puedo ser tu novio? -me preguntó, mirándome a los ojos con ternura. Asentí, y lo abracé fuerte.

Finalmente nos lavamos la cara y pusimos en el horno las galletitas. Mientras esperábamos a qué se cocinen nos fuimos afuera a jugar con la pelota. Paulo hacía jueguitos.