Capítulo #1~Esos ojos...

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"4 de marzo-6:30am"

Maldito sol- ese mi primer pensamiento al despertar y sentir el sol molestándome en los ojos, me tapo la cara con mi almohada y solo quiero dormir un poco más.

*desde la sala* -Mary querida, apúrate amor- escuché a mi madre, me destapé mirando de reojo hacia la puerta de mi cuarto y la vi apresurada guardando cosas en su bolso mientras miraba el reloj, hoy como casi siempre tenía turno doble en el hospital, tal y como ella dice "ser enfermera es vivir un doble turno".

-Voy ma- rápido cogió su celular, entró en mi cuarto y apresurada me da un beso en la frente.

-Te comes el desayuno, prepárate el almuerzo, no prepares para mi porque..-

-Tienes doble turno, lo sé no te preocupes- me da una sonrisa y luego corre para el trabajo. Escucho cerrarse la puerta...

-Y ahora ha levantarse- susurro desmotivada pues mi cuerpo andaba rebelde nada me motivaba a levantarme y por ello como siempre me levanto con mucha calma...

-qué me pongo- ese tenue pensamiento pasa por mi cabeza al verme en pijama, al pie de mi cama está, como siempre, una ropa para ponerme... Pero como siempre es ropa colorida y brillante siempre mamá quiere que me ponga esto, un día de estos me atacan las abejas, por verme como una brillante flor -ni muerta me pongo algo tan llamativo, voy con mi ropa negra la mejor de todas- entre blusas y pantalones cojo los primeros que habían, pues no soy en lo absoluto vanidosa. Desayuno, con los ojos casi cerrados, para luego caminar despacio para el baño, me cepillo y me peino con mucha flojera, solo paso el peine y pongo una liga en mi muñeca por si luego me da calor recogerme el pelo. Salgo con calma frotándome los ojos por el sueño, y preparo vagamente mi mochila.

Veo mi teléfono
7:21am

-A joder me coge tarde...- salgo apurada y al salir el sol me golpea con sus rayos segadores

-Este sol es horrible- odio el sol pues es muy intenso y sofocante, pero las clases son aún peor. Después de caminar apresurada de camino a la escuela casi dormida, algo me detiene...

-Hey pequeña a donde rápido...- esa voz y el apretón en mi brazo me hizo saber quien era al instante, es Jay este abusador que siempre me molesta.

-Suéltame- al parecer no está muy complacido con mi respuesta y me aprieta aún más.

-Acaso no lo sabes, tú me gustas y quiero que seas mía y además soy tan fuerte y apuesto todas me desean, tienes suerte- ese es su problema conmigo, como soy la única que lo ignora me tiene manía. Con el brazo que tengo libre aprieto mi puño con todas mis fuerzas y lo golpeo con rabia justo en la nariz, del sobresalto me maldice y se lleva las manos a la cara yo aprovecho y en cuanto me soltó salgo corriendo, no es lo más valiente que podría hacerse pero al menos logro alejarme de él.

-es definitivo voy ha coger otro camino para ir de regreso a casa-

"7:45am"

Al llegar sonó el timbre y una manada de estudiantes escandalosos entran como locos, esas multitudes me sofocan, por eso siempre trato de alejarme de la gente y aislarme en mi propio mundo y la mejor manera de hacerlo es escuchar música y perderme en mis pensamientos, meto la mano en la mochila para buscar mis audífonos mientras caminaba muy lento hacia la entrada de la escuela -mierda los dejé- me irritaba tanto pensar que estaría todo el día sin música, al percatarme de que ya no había casi nadie, subo con paciencia, al llegar al aula, me siento con mucho desgano, veo entrar al profesor de matemáticas y siento que el aburrimiento me domina, veo pasar profesor por profesor, turno tras turno.
Siento que moriré con estas clases cada turno son un siglo, son lo mismo de siempre.

Entre DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora