This Is Love (Aonunete)

Besos sabor seducción (Cap8)

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Este capítulo contiene +18, si no te gusta o no es de tu agrado puedes no leerlo y saltar al siguiente capítulo, no hacen falta comentarios desagradables, gracias.

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Pov Ao'nung:

La temperatura sube y ambos lo notamos. Estamos en un sitio apartado, lejos de donde están los otros de mi clan y que yo sepa nadie viene por aquí.

Nos separamos del beso y ambos nos encontramos cara a cara, levemente sonrojados.

- He de decir que te ves jodidamente sexy, Neteyam.- No responde, lo que haces es sonrojarse más.

Me lanzo hacia él, besándolo nuevamente con más intensidad, colocando mis manos sobre su sexy y delgada cintura.

Voy bajando mis manos por su bonito y delgado cuerpo, tocando su suave piel.

- ¿Puedo?- Pregunto, separándome del beso.

Ambos estamos agitados y con la respiración acelerada, sintiendo esa tensión para nada incómoda.

- Claro.

Tras su palabra nos ponemos frente con frente, mirándonos a la cara. Ya no hace falta aguantar las ganas que nos tenemos.

Bajo mi mano a su taparrabos y paso la mano por encima, recibiendo un pequeño jadeo por parte del contrario.

- Chico de la selva, te noto demasiado nervioso y estando así no lo podrás disfrutar tanto.- Le digo, poniendo mi mano libre en su mentón.

- L-lo siento.

- ¿Qué dijimos sobre disculparnos?

Suelta una pequeña risa nerviosa y nos hundimos en un beso dulce para que no esté tan nervioso.

Seguimos con el beso, cada vez más agresivo, metiendo mi lengua en su boca.

Lo agarro del cuerpo, con cuidado de no hacerle daño y lo atraigo hacia mí de un salto, juntándonos, sintiendo nuestros cuerpos.

Lo inclino hacia atrás, recorriendo su cuerpo de besos hasta llegar a su abdomen. Noto que se estremece levemente.

- ¿Tienes cosquillas?- Le digo, con un tono de burla y una pequeña risa.

- Cállate.- Me contesta, tapándose la cara con su brazo.

Le bajo el taparrabos. Su miembro es grande, pero no tanto como el mio. 

Lo empiezo a masturbar y solo puedo escuchar los jadeos provenientes de él. Con su voz se escuchan muy sexys. Sin dejar de tocarlo subo hasta su cuello, dejándole chupetones y pequeñas mordidas.

- ¿Estás seguro de que quieres continuar?

- Tú solo no te detengas, tengo tantas ganas de esto como tú.

Me alegra oír eso. Acto seguido agarro sus muslos, alzándolos hasta la altura de mis hombros, dejándolos reposar ahí.

Le coloco dos de mis dedos en su boca, moviéndolos. Se ve jodidamente sexy desde arriba, pienso.

Cuando noto que es suficiente saco los dedos de su boca y los reemplazo por mi lengua. Nos separamos, con los labios húmedos por la saliva.

- Voy a meter uno, ¿sí? Avísame si te lastimo.

Él solo asiente, con la respiración agitada, cerrando sus hermosos ojos.

Poco a poco lo voy metiendo y noto lo apretado y mojado que está, mientras él arquea la espalda, soltando pequeños gemidos.