Fuego infernal

El inicio todo. Capitulo 1

Yo siendo un demonio terminé yendo a la tierra del fuego, era un lugar hermoso, un lugar que aún que por fuera podría verse horrible, por dentro era simplemente hermoso.

Mi nombre es Changbin, en este lugar no se usaban los apellidos, así que tu nombre tenia que ser único.
Al ser un demonio de clase baja me tocaba vivir en la parte tranquila, y estaba feliz ya que en la clase alta eran puros demonios violentos y crueles.

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Era un demonio débil pero al paso del tiempo me hice fuerte, hasta convertirme en un demonio digno y poderoso, me esforcé para ser fuerte.

Al ser un demonio de rango bajo me costo mucho llegar al nivel donde estoy, muchas veces me ofrecieron convertirme en un íncubo/Súcubo, lo cual no acepte, curiosamente era un demonio con principios, al no ser criado en el abismo, el lugar donde solo estaban los demonios más desquiciados. Tuve la oportunidad de criarme en un lugar más tranquilo.

Toda mi vida había vivido en paz, alejándome de los problemas, solo me concentraba en mi y en mi familia.

Por esa razón jamás me hubiera imaginado lo que iba a pasar, la vida era tan tranquila y monótona que nadie me preparo para lo siguiente que vendría.

Y es que en todas las tierras separadas se corrió el rumor de una guerra, ese rumor ocasionó una crisis en mi país, nadie podia creer eso, hasta que todo empezó a derrumbarse, el fuego que era normal para nosotros se convirtió en nuestra muerte, ese fuego empezó a quemar vivos a los demonios...

Con lágrimas, sufrimiento y sin poder hacer nada, mire cómo cada demonio y ser querido se quemaba vivo, el fuego que me quiso alcanzar no puedo, escape, aun que solo quería morir cómo todos ellos... pero miré los ojo de mi abuela, esos hermosos ojos demoniocos me transmitieron todo lo que ella sentía, el sufrimiento, el dolor y el echo de que ella quería que viviera.

-¡NO, NO PIDAS ESO ABUELA, NO ME PIDAS VIVIR MIENTRAS TU SUFRES Y MUERES!

ーNo, seas terco y vete, te amo Bin, se un demonio poderoso, no dejes que nuestra especie muera, mi amado hijo...

-No, abuela no, por favor no... no me pidas vivir mientras mueres.

Después de eso solo escape, mientras mis lágrimas nublaban mi mirada. En este momento perdir todo lo que amaba, todo lo que conocía, todo se había destruido y ni si quiera sabia el cómo, no había una explicación lógica para lo que acababa de pasar.