🍇La peste de las uvas 🍇

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Un líquido rojo como el vino se desliza de mi pecho hasta mis piernas, dejo  escapar un desesperado llamado de ayuda. Esto duele como el puto infierno. Gotas de mar corren por mis mejillas y suplican en silencio que este dolor termine.

Me encuentro frente de un espejo observando mi terrible cuerpo, bolas de uvas color morado se encuentran en mi deplorable piel. Lo que más llama mi atención y aterra a la vez es que, justo al centro de mi pecho tengo dos orificios que sobresalen con un ramo de uvas. Cada vez que me veo me pierdo, mi mente es un huracán que se intensifica.

Ya había ocurrido esto, las ampollas son tan viejas como la historia. Su transmisión viajo a través de amplias velas entre ratas, pulgas  infectadas y mercancías.

En un momento de arranque y desesperación. Salí corriendo de mi casa para pedir ayuda. Lo que me dejo congelada es que no estoy en mi casa, estoy en un pueblo que desconozco con gente con las mismas uvas. Cuerpos apilados en cada esquina sangrando de su pecho, piden auxilio en un desesperado llanto. Escenas desagradables que mis ventanas  han visto. Reviso mi cuerpo y estoy sangrando, cada vez el dolor se profundiza. Quiero regresar a casa pero no se como. La puerta que estaba detrás de mí, desapareció. Me quedé atrapada en este inmundo lugar, sin alivio.

Una idea fugaz viaja por mi mente para quitar para siempre este sufrimiento. Cojo el ramo de uvas que tengo en los dos orificios de mi pecho, los arranco con fuerza dejando un lago de sangre y mi garganta se desgarra. —¿Lyna estás bien?— Pregunta mi madre preocupada.

LA PESTE DE LAS UVAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora