Apenas Mae subio a la nave junto a los hombre jedi, quedó fascinada ante tal tecnología. Dameron a su corta edad era una gran piloto gracias a las enseñanzas de su hermano, pero jamás había estado en x-wing por lo que deseaba aprender cada parte de la aeronave, por su parte, Kenobi y Anakin fijaban el rumbo a coruscant.
Al llegar a Coriscant fueron recibidos por toda la orden Jedi, todos quedaron petrificados ante la fuerza que orbitaba invisible mente alrededor de la joven, el primero en dar un paso fue el maestro Yoda el cual la invito a recorrer todo el templo jedi y explicarle como funcionaria todo.
Al pasar de la horas, Mae había recorrido gran parte del templo y terminaba de hacer unos estudios para verificar su sangre entre otras cosas. Cuando los resultados estuvieron listos, los primeros en verlos fueron el maestro Yoda, Windu, Kenobi y el Senador Palpatine, aunque ninguno de los Jedies estaban contentos de contar con la presencia del político, no podían excluirlo.
Finalmente todos al ver la cantidad de "electrocitos" que la joven Dameron tenía en sí pudieron darse cuenta que estaban frente a la segunda profecía de los elegidos.
La profecía contaba sobre dos elegidos por la fuerza que traerían un balance al universo, a la galaxia, juntos podrían restaurar la paz, la democracia, la unión y más. Esta antigua profecía había sido escrita millones de años atrás, todo estaba tallado en piedra y en un libro que fue robado hace más de 400años. Se sabía que uno de los elegidos era Anakin ya que poseía 20.000 electrocitos en su cuerpo, pero Mae poseía más 60.000, algo 1ue creían imposible de que un humano o cualquier especie pueda contener.
En si, se desconoce el poder total de los elegidos, pero claramente serían más fuertes que cualquier otro.
El maestro Yoda a pesar de estar satisfecho con el conocimiento de estos dos jóvenes, Anakin y Mae, también se encontraba alerta ya que si hubiera un desperfecto en la fuerza o en ellos, el universo estaría destinado al caos, destrucción y muerte.
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Mae Dameron se encontraba en el balcón principal del templo Jedi observando al llamado "centro de la galaxia", aún no podía creer en donde se encontraba o si quiera la razón por la cual estaba allí.
Mientras decidía volver a su habitación designada, se ceuzo con la princesa de Naboo, Padme Amidala, la cual la saludo muy amablemente y comenzaron una charla muy amistosa.
