EL FIN DE UN NUEVO COMIENZO (CAPITULO 1)

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Capitulo reeditado.

Después de todo, al final la tierra se salvó, las memorias de todos permanecieron intactas, una ciudad casi en ruinas por los desastres ocurridos por champiñones gigantes, y a quien creen que culparían por todos los daños, a nuestro desafortunado Ataru Moroboshi quien no paraba de correr tras la turba enfurecida de todos sus amigos y conocidos, a su lado estaba Lum quien también huía despavorida, pero con una sonrisa en su rostro.

- ¡¡¡ATARUUU!! – gritaban todos mientras perseguían a los dos para aparentemente, solo darle una paliza a nuestro castaño por todo el lio en que los ha metido.

- Ya no pueden más mis pies, ¿esos no idiotas no se cansarán de perseguirnos?... ¡ya se por ahí! – Ataru había visto un pequeño callejón y de pronto se le ocurrió una estúpida manera para distraerlos mientras escapaba.

- ¡OIGAN UN HONGO GIGANTE! – Ataru pensaba que no daría resultado, pero todos voltearon a ver incluso Lum con una cara de terror, rápidamente tomo su mano y la llevo hacia el callejón para perderlos de vista – No pensé que esto fuera a funcionar – corría con su típica sonrisa cuando se sale con la suya, por otro lado, Lum solo veía que Ataru la tomaba de la mano para salvarla de la turba. - ¿A dónde vamos Cariño? – el castaño noto que estaba agarrando a Lum de la mano y rápidamente la soltó.

- ¡Si solo te salve fue porque me ayudaras a volar de vuelta a casa! – después de decir eso, Ataru cayo rendido, solo se sentó en el suelo apoyándose de la pared jadeando por todo el esfuerzo por atrapar a Lum y la posterior huida de toda esa turba que querían su cabeza.

- ya no puedo más... - Ataru poco a poco se quedaba dormido mientras que Lum lo veía con ternura, recordando lo que había hecho por ella, noto que en una de sus manos aún tenían sus cuernos, eso la puso feliz y acercándose poco a poco intento tocar la mano donde tenía aquellos cuernos, Ataru inconsciente alejo su mano balbuceando incoherencias, pero entre una de esas, decía su nombre "Lum". Aunque estaba disfrutando el momento, también se encontraba cansada y se sentó al lado de Ataru, recargando su cabeza en su hombro, y abrazando su brazo, y con una sonrisa cerro sus ojos para descansar al lado de su Tesoro.

El sol se estaba ocultando, esos dos seguían durmiendo en aquel callejón, Ataru roncando y Lum aun con esa pequeña sonrisa en su rostro. De pronto alguien pasaba por el callejón, Era Cherry quien se había percatado de que esos dos estaban ahí.

- Con que aquí estaban entonces – de pronto el rostro calmado de Cherry se convirtió en uno más serio, - Asi que, con ese abrazo que se dieron al final, el aura de ese chico... en fin, se lo diré después, solo espero que no se me olvide. – Cherry solo se iba dejando de lado a aquella pareja que dormía plácidamente.

Al poco rato, Ataru poco a poco abría los ojos, se encontraba muy adolorido, el cuerpo ya le pasaba factura por los diez días en que estuvo intentando atrapar a Lum.

- Estoy muy cansado, no sé cuánto tiempo dormí, ¿qué hago aquí? –

Ataru veía a su alrededor, noto que seguía en el callejón.

- ¡ya lo recuerdo! nos estaban persiguiendo esos idiotas, ¡JA! Como si yo tuviera la culpa de todo esto, aun no entiendo ¿porque todo lo que tiene que ver con la destrucción de algo, la culpa siempre la tengo yo? En fin, qué más da, estoy muy cansado ahora como para poder moverme... -

Ataru sintió que algo pesaba en su hombro, era Lum quien dormía, el castaño dio un pequeño salto de lo sorprendido que estaba, ella dormía agarrada de su brazo, esto le incomodaba un poco, pero el solo verla durmiendo, con esa sonrisa, le dio un sentimiento de tranquilidad, poco a poco levanto su brazo que quedaba libre y le acaricio el cabello mientras la miraba con ternura. Poco a poco y sin despertarla, retiro su brazo de Lum para poder levantarse, se percató que en el brazo que ella se aferraba tenían en la palma de su mano sus cuernos, Ataru solo se quedó mirándolos detenidamente, y los guardo en su bolsillo, volteando después a ver a Lum quien seguía dormida, acto seguido la subió a su espalda para llevarla a casa a descansar a pesar que él estuviera mas deshecho que un pomo.

Lo diras algun dia, Cariño. Urusei YatsuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora