Argentina vivió toda su vida en un orfanato, la habían abandonado desde que era una bebé. Nadie la quería por una razón, ya se veía a los 18 años siendo monja para trabajar en el orfanato y tener un lugar donde vivir. Hasta que llegó alguien que cam...
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Argentina siempre vivió en ese orfanato cristiano, según sus hermanas, había llegado en un día muy lluvioso. Era solo una bebé envuelta en una manta, sus "padres" solo habían tocado el timbre, dejado una carta y un collar con dije de sol.
No podemos hacernos cargo de ella, además de ser un accidente
Su nombre es Argentina, si no la soportan, solo dejen la en otro orfanato
Desde entonces, fue criada por las monjas, creciendo, viendo como los otros niños se iban con familias pero ella no.
Tuvo algunas personas que estaban interesadas en adoptarla pero cuando descubrían su condición, la dejaban.
Y era qué, ella contaba con problemas cardíacos, no podía disfrutar la vida como los otros niños , con tan solo correr algunos pasos ya estaba cansada.
Tenía que tomar medicamentos, y era poco probable que usaría un aparato debido a la economía del orfanato.
— ¿Otra vez no me querían verdad? —preguntó viendo por la ventana como la familia que preguntó por ella se iba. Se giro para ver a la madre superiora quien la miraba con lastima.
— La próxima será la adecuada Sol —trato de animarla, para luego retirarse de la habitación.
— Siempre dicen eso —dijo al aire, seco una pequeñas lágrimas que escaparon.
Los demás niños la dejaban de lado por no poder jugar algo tan simple como las escondidas, a excepción de tres hermanos. Ellos junto con las monjas son a los únicos que podía llamar amigos.
Mientras Argentina seguia mirando por la ventana como los niños jugaban, por otro lado, tenemos a los conocidos como "psicópatas".
Quienes estaban arriba de un auto, Imperio Japonés manejaba, Naz! iba de acompañante e Italia Fascista estaba por la parte de atrás.
— Ehi [Oigan] —llamó el italiano— ¿Sapevi cosa ho sempre voluto fare? [¿Sabian lo que siempre quize hacer?] —.
— それか？ [¿Que?] —pregunto Imperio.
— Ich habe nichts dagegen [No me importa] —respondió el alemán al mismo tiempo que el japonés. Tomando un poco del café que traía.
— avere un bambino [Tener a un niño] —contesto simplemente haciendo que Naz¡ escupa todo el café.
— Das!? [¿¡Que!?] —.
— 私の車！[¡Mi auto!] —se horrorizó Imperio Japonés al ver todo el parabrisas empapado, terminó acaparando el auto al lado de la carretera. Ordenando que los otros dos se bajen mientras limpiaba.
— Hörst du? [¿Te estas escuchando?] —.
— Sì [Si] —respondió con una sonrisa.
— Bist du ein verrückter Faschist [Estas loco Fascista] —hizo una mueca.
