Capitulo 5

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El sonido del viento tras la lluvia era relajante en el orfanato, en algunas partes aún seguía goteando debido al mal estado del tejado

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El sonido del viento tras la lluvia era relajante en el orfanato, en algunas partes aún seguía goteando debido al mal estado del tejado. Las gotas de agua formaban pequeños arroyos en la parte alta del edificio, pareciendo pequeños arrojos.

En los pasillos, los niños eran guiados por las monjas hacia sus habitaciones para tomar la tan amada siesta de la tarde.

A diferencia del resto, Argentina estaba sentadita en un comodo sillón, charlando muy alegremente con su futuro papá, Italia Fascista. Ambos se ponían al día, contando de cosas importantes que les habían pasado desde la última vez que se vieron.

Algo curioso, aunque tierno era que el italiano estaba trenzando cuidadosamente el pelo de la niña. Haciendo una hermosa trenza de diadema, aunque teniendo cuidado de no tironear del cabello.

―Me gusta mucho el mar ―dijo la pequeña, balanceando ligeramente sus piernas que no llegaban a tocar el suelo.

Uno de los tantos temas de los que hablaban era sus lugares favoritos, un tema que siempre despertaba la imaginación y el entusiasmo en Argentina, quien amaba escuchar las historias que tenía el mayor sobre distintos lugares del mundo que había visitado, aunque nunca le decía la razón por la cual había ido.

―¿De verdad? ―preguntó Italia Fascista, inclinándose un poco hacia adelante para escuchar mejor, su atención completamente centrada en cada palabra que ella pronunciaba.

―Sí, aunque nunca llegué a verlo ―contestó con una triste y ligera sonrisa.

Sus palabras, llenas de inocencia, tenían un peso emocional que no pasaba desapercibido para Italia.

Italia Fascista sintió una punzada en el corazón al escuchar el triste tono de voz de la niña, y su mente comenzó a planear planes y sueños, imaginando el día en que podría llevarla a ver el mar por primera vez.

Quería que ese momento fuera especial, un recuerdo que ella guardara para siempre.

―Un día iremos juntos a verlo, te lo prometo ―dijo con firmeza y cariño, esperando poder brindarle esa alegría algún día.

Argentina levantó la mirada con un brillo especial, sintiéndose cómoda y en confianza con Italia, eso era algo que no había experimentado con otras familias.

Le alegraba saber que él, a pesar de conocer su triste situación, no se alejó ni la despreció como otros lo habían hecho.

Italia, al ver la sonrisa y el brillo en los ojos de Argentina, sintió ternura y compromiso. Se hizo la promesa en comvertirse en el apoyo y la familia que ella necesitaba, dispuesto a protegerla y hacerla feliz.

 Se hizo la promesa en comvertirse en el apoyo y la familia que ella necesitaba, dispuesto a protegerla y hacerla feliz

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Adoptada por "psicópatas" (Argentina countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora