Prólogo

82 4 0
                                    


El sonido de la lluvia era lo único que se escuchaba en esa oscura habitación. Al abrir los ojos, la joven de cabellos oscuros se levantó de su cama, para ir directo escaleras abajo. Era su cumpleaños número ciento diecinueve, y cada cumpleaños, su madre era la primera en despertar, para hacerle una torta de chocolate puro para su cumpleaños. 

Pero, esta vez, su madre no se encontraba en la cocina, y no había rastro de ella por el primer piso. Pensó que tal vez estaría en el patio, su madre era una fanática de las flores, y, aunque estuviese lloviendo, su madre siempre iba afuera a recoger las rosas negras que habían en su gran jardín. Pero mientras miraba por las grandes ventanas, que daban hacia el jardín, no encontró rastro de su madre. 

Extrañada, comenzó a buscar a su madre por toda la mansión, para luego darse cuenta, de que su madre, no estaba en casa. Optó por buscar a Mei, su sirvienta, ella podría saber en donde se había metido su madre, pero cuando la encontró y preguntó, esta sólo dijo que no sabía en donde se había metido. Hanae y Mei fueron a la cocina, donde en el no muy pequeño comedor que había en la cocina, se encontraba un regalo, su envoltura era de color negra, y el lazo que tenía era de color violeta oscuro. 

Desenvolviendo el regalo, pudo ver lo que había dentro, y se sorprendió un poco al ver lo que había dentro de la caja de regalo. Lo que había dentro era una maleta color marrón oscuro, donde por dentro habían pinceles, pinturas, y un pequeño libro de cartas, pero no cualquier carta, eran cartas de significados de lunas, lunas de cada mes. Agarro la que decía "Octubre", viendo que esta era la Luna del Cazador, había un dibujo de una luna blanca, donde se veía una mujer vestida de blanco, junto a su arco y flecha, abajo del dibujo, había unas pequeñas palabras, las cuales decían el significado de la Luna del Cazador. "Fuerza" "Cambio" "Resistencia" "Protección" y "Transiciones", esas eran las palabras que definían a la Luna del Cazador. Luego de leerlas, suspiro un poco, para luego decir sin dejar de ver la carta; 

"Al fin éramos felices. ¿Por que tuvo que irse tan de repente..?" Pregunto, desviando la mirada hacia la señora. 

"Tendrá sus razones, querida." Le dedicó una pequeña sonrisa.  "Pero por mientras, tendremos que llamar a su... padre." 

Cuando Hanae escuchó la palabra "padre", quedó más pálida que de costumbre. La relación con su padre, no fue... nada buena. Aunque esta tratará de ser fuerte, le aterrorizaba un poco el hecho de tener que estar con ese hombre. Aún recuerda las veces que su padre le manoseaba cada que su madre se iba de la casa, aún recuerda las asquerosas palabras que le decía, mientras besaba sus mejillas, palabras como "Has sido una niña muy buena." "¿Por que no vamos a jugar el juego que te enseñe? Pero no le digas a mamá." Cada vez que recordaba esos momentos, se maldecía a ella misma por no haber hecho algo, se sentía tan inútil pensando que en ese momento, era tan solo una niña indefensa, no podía protegerse, y aunque trataba de decirle algo a su madre, su padre siempre la interrumpía, o se inventaba algunas malditas excusas. 

Pero ya era mayor, había cumplido ciento diecinueve años, ya era lo suficientemente mayor como para poder callarle la boca a ese hombre asqueroso. Y no era estupida, ya se había independizado, su madre siempre estuvo con ella, a pesar de que nunca le pudo contar la verdad. Su madre la entrenó física y mentalmente, sabía cómo defenderse, y no iba a dejar que nada ni nadie le ofendiera de nuevo, ni siquiera su propio padre, aunque esta se negaba a aceptar que ese hombre es su padre. Suspiro tratando de calmar sus nervios para solo decir; 

"No creo que sea buena idea, pero ya que." Le respondió, para luego cerrar la caja de regalo, e irse directo a su oficina. 

Tenía trabajo que hacer, no iba a soportar estar un día con su padre. Este se había ido por muchos años, no sabía si ya había cambiado, pero sabiendo cómo es su parte, estaba cien por ciento segura, de que seguía siendo el mismo hombre asqueroso. Y esta vez, no iba a dejar que ese asqueroso hombre, la tocara de nuevo, y si tenía que defenderse, ya sea gritarle, o hasta llegar a golpearle, lo haría, y no le importaría una mierda, por que ese hombre, tenía que respetarla si o si. Y ya tenía un plan, hoy, esa misma noche, iría a buscar a su madre, costara lo que le costara, iría a buscarla. 

Trust me || Venti x fem! Oc ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora