El Hilo Rojo

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Mi nombre es Angel y nací con lo que yo llamo un don.

Desde que tengo memoria he visto lo que se llama el "hilo rojo" de las personas. Esa leyenda del hilo que afirma que quienes estén unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas sin importar cuánto tiempo pase, la distancia entre ellos o las circunstancias en las que se encuentren.

Al principio creía que todos podíamos verlos, pero un día me di cuenta de que muchas personas no estaban con quienes correspondía estar por sus hilos, es decir, salían un tiempo con la persona equivocada, tiempo después terminaban su relación, encontraban a alguien nuevo y volvían a repetir el mismo patrón una y otra vez sucesivamente. ¿Por qué no se juntaban con quienes correspondían y ya? Así se evitarían el dolor de la separación.

Un día le pregunté a mi mamá sobre esto, necesitaba saber porqué la gente era tan tonta, ella me acarició con mucho amor diciéndome que muchas veces las personas no podían esperar a que su alma gemela llegase y por eso se adelantaban a estar con alguien más, que no podíamos saber quién era nuestra alma gemela y lo mejor que podíamos hacer era esperarla porque solo así seríamos verdaderamente felices. Sentíamos nuestro corazón acelerarse, teníamos la necesidad de estar con esa persona todo el día, saber sus gustos y todas esas cosas románticas que hacían las parejas con su amor verdadero.
Eso solo me confirmó que ella no era capaz de ver aquellos hilos en los dedos meñiques que yo sí podía ver.

Ella ya no tenía su hilo rojo en aquel entonces, era una viuda que en su pasado vivió muchos años felices junto a su esposo, mí padre... y eso me entristecía.

Yo por suerte podía ver el mío, era bueno saber que tenía a alguien esperando por mí en algún lugar del mundo aunque aún no lo conociese. Podía pasar horas enteras mirando mí dedo imaginando cómo sería aquella persona... ¿Sería hombre? ¿Sería una mujer? Daba igual, lo que importante era que me amara y me respetara así como yo también lo haría.

De algún modo me reconfortaba saber que no estaría solo.

Un día de camino a mi universidad aquel hilo que rodeaba mi meñique desapareció.

- ¿Acaso... murió?

Entré en pánico. No quería perder a esa persona que se había convertido en alguien importante para mí a pesar de no conocerlo...

Decidí no darle importancia, tenía una evaluación importante ese dia así que continué con mi día como si fuese uno más, solo que de forma tensa y triste sin dejar de mirar mí vacío dedo...

No tenía amigos ni familia, vivía solo en un departamento junto con mi perrito.

Lo sé, una vida triste y aburrida.

Ese mismo día al llegar a mi departamento me dispuse a preparar algo de cenar ya que mi hambre era increíblemente grande, seguramente por todo el estrés acumulado.

Mientras cocinaba pasó algo que nunca antes había visto. Un nuevo hilo se colocó en mi meñique pero este era distinto... era más grueso y un poco más oscuro. Claramente me conectaba con otra persona totalmente distinta a la anterior.

¿Era eso posible? Ni a mi madre le había ocurrido algo así al perder su hilo cuando mí padre murió...

Inconscientemente una sonrisa se formó en mis labios, de algún modo no estaría solo después de todo...

Una semana después ocurrió lo mismo, aquel hilo desapareció y tres días después apareció uno nuevo que también era distinto... Mágicamente una nueva persona esperaba por mí ahora.

¿Qué demonios estaba pasando? Ni yo lo sabía.

Esa vez no sonreí, había algo raro en esa extraña coincidencia.

One Shots AkiangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora