BESOS MANCHADOS DE SANGRE

1

Harry no pudo evitar preguntarse dónde salió todo mal. ¿Comenzó con un profesor de transfiguración que intimidaba a un niño de once años sobre sus hábitos de robo? ¿Fue la negligencia y el miedo de los huérfanos mágicos que vivían entre muggles? ¿Fue un maestro de pociones solitario, descuidado e incomprendido que se alejó de la oscuridad demasiado tarde para salvar a su único amigo? Pero eso hace que suene como si Harry culparía a alguien más que a sí mismo por todo lo que había sucedido, por la oscuridad que ahora tiñe el mundo mágico. Sin embargo, definitivamente fue culpa de Harry.

Entonces, tal vez fue crecer en un hogar sin amor lo que lo convirtió en el monstruo que era hoy. Después de todo, ¿no fueron los experimentos de Harlow con monos bebés una prueba de que aquellos criados sin amor y comodidad son anormales e incapaces de interacciones normales? Que son fenómenos entre los de su propia especie. Oh, cómo había disfrutado Harry tallando esa maldita palabra una y otra vez en la carne de su querido tío. Sin embargo, Vernon era terco e incluso a pesar de todos sus lloriqueos, el tío Vernon lo llamó monstruo hasta su último aliento. Sin embargo, tía Petunia no lo hizo, sí pidió clemencia con su propio nombre al final, no es que Harry tuviera misericordia para darle. 

Perdido en sus pensamientos, Harry no se da cuenta de que los brazos se envuelven alrededor de su cintura hasta que ya está atrapado en su fuerte abrazo. El olor a sangre, ozono y fuego inundó sus sentidos. 

"...Voldemort, no es de buena educación acercarse sigilosamente a alguien", murmuró Harry, recostándose contra el pecho de Voldemort, sin importarle si ensuciaba su ropa con la sangre que empapaba la túnica de Voldemort.

Los labios delgados rozan la capa exterior de la oreja de Harry antes de susurrar: "Entonces, no deberías perderte en tus pensamientos en medio de una batalla, querida".

“No estoy seguro de que llamar a invadir una escuela de niños en medio de la noche sea una gran batalla”. Harry sonrió cuando Voldemort soltó una carcajada casi sibilante. El sonido siempre enviaba escalofríos a Harry. 

Estaban de pie en lo alto de la torre de astronomía, abrazados mientras observaban la batalla agonizante a su alrededor. La orden de Phoenix no había sido preparada para un asalto tan violento al castillo y menos aún con Harry liderando el ataque mientras estaba del lado de Voldemort. Sus queridos amigos negando que alguna vez ayudaría al asesino de sus padres hasta que Harry AK'ed Dumbledore frente a ellos. Ni siquiera se estremecieron cuando palidecieron de incredulidad. Sintió la molestia de Voldemort porque no fue él quien mató a Dumbledore, pero Harry se sintió energizado por el horror en los rostros de su ex amigo. 

“La batalla casi ha terminado, querida, estaban demasiado conmocionados por tu traición para contraatacar. Nuestros mortífagos reunirán a todos en el gran salón”, dijo Voldemort con una sonrisa sedienta de sangre. 

"Bien. Tengo mejores cosas que hacer que quedarme en este viejo castillo lleno de corrientes de aire. Acabemos con los malditos pollos para que puedas llevarme a casa y probar esa nueva técnica con la lengua que discutimos la semana pasada. Harry se apretó contra Voldemort burlándose de él antes de caminar hacia las escaleras, pasando por encima del cadáver de Umbridge que Harry había matado con facilidad. Escuchó a Voldemort gruñir detrás de él y alcanzar su ritmo de piernas cortas con facilidad. 

“Te encerraré en mi habitación durante el próximo mes, mocosa. He echado de menos tu presencia en mi cama.

Harry rió pero sonrió al ver el rostro de serpiente de Voldemort. "Cualquier cosa por ti, mi señor". ojos viridianos mirando fijamente a unos ojos rojo rubí que se dilataban lentamente. "Tenga cuidado, mi señor, no querría que sus súbditos vieran lo lujurioso que se pone cuando me burlo de usted".