𓆩 Unique 𓆪

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Corría, corría y corría. Su respiración totalmente irregular mientras sentía como el frío aire se introducía por sus fosas nasales yendo directo a sus pulmones los cuáles exigían un descanso, pero él no paraba.

Volteó su mirada hacia atrás, viendo que su chico lo perseguía igual de cansado que él, sin embargo si ninguno de los dos caía ninguno iba a parar de correr.

Les gustaba correr por el campo, sentir a la brisa y al sol pegándoles en la cara, mientras unas cuantas gotas de sudor caían por sus frentes y risas salían de sus bocas.

De un momento a otro el ambiente se tornó oscuro, nubes grises tapando al brillante sol como si una tormenta se aproximara.

Pero él no paró de correr, sintiendo doler su cabeza del cansancio, corrió aún más veloz al sentir una presencia detrás de él, presencia que no pertenecía a su chico.

Las sombras nuevamente atormentándole, nuevamente recordándole lo miserable que era su vida y como no hacía nada para seguir delante.

Pero si él ya no estaba ¿Cuál era la razón para seguir? ¿Por qué no simplemente morir e ir a encontrarse con él?

¿Por qué tuvo que irse su chico, y no él mismo?

Él seguía corriendo, no, no ha parado. Las risas fueron reemplazadas por lágrimas y gritos ahogados. Aquella presencia la podía ver por el rabillo del ojo, una sombra alta con agujeros donde se supone que deben ir los ojos.

Tiene miedo, y ahora el frío no se siente reconfortante.

Sus piernas ya no podían más, quería seguir corriendo pero estas ya entumecidas lo hacían caer cada que intentaba levantarse nuevamente.

Cayó en el suelo del gran campo, su cuerpo agradeciendo por fin estar descansando, en cambio su mente le gritaba "¡Corre, corre, corre!". Sintió una mano en su hombro, a la vez que se despertaba de una de las tantas pesadillas que tenía desde que se fue él.

Cuando finalmente se dió cuenta que solo era una pesadilla, pasó su mano por su cara la cual estaba empapada de sudor como si realmente hubiera corrido un maratón.

Desearía no haber despertado, sinceramente. Pensaba Roier.

¿Pero qué se le podía hacer? Si seguía vivo era porque el universo así lo decidía, que tenía que continuar con esta interminable tortura.

Se paseó por aquel frío lugar, viendo la cantidad de lápidas y frente a estas flores de distintos colores. El ambiente y los colores hacían un bonito contraste, la verdad, apesar de ser un triste lugar al cual llegan las personas a llorar.

Y Roier no era la excepción.

Se arrodilló frente a una lápida en específico, dejando un ramo de cien rosas en aquella tumba para luego pasar su mano por el concreto, donde un nombre se encontraba marcado.

Spreen.

Y seguía preguntándose a sí mismo "¿Por qué te fuiste tú y no yo?" "¿Por qué me dejaste abandonado a mi suerte?"

Un nudo en su garganta ya formado desde antes le empezaba a asfixiar, mientras sus ojos picaban con las lágrimas amenazando por salir. Respiró profundamente en un vano intento para calmar sus sentimientos.

Habían pasado dos años exactamente desde que se fue. No le pidan que lo supere, porque no lo va a hacer.

Quería desahogarse, tirar todas sus emociones al vacío y gritar con tantas fuerzas hasta quedarse sin voz.

Tenía que salir de ahí, dejar de ver su nombre.

Entonces salió corriendo. Corrió hacia aquél campo. El campo de sus sueños y pesadillas, el campo de sus risas y llantos. Una vez llegó, no se detuvo jamás y no quería hacerlo.

Era un campo gigante, quien sabe cuál era su final, Roier lo iba a averiguar.

Pasaron al menos cuarenta minutos y él seguía corriendo, sin descanso alguno. Sus lágrimas hace rato habían salido y no paraban de hacerlo, su garganta ya fría suplicaba por agua y aire, pero Roier no se iba a permitir hasta llegar con su amado, tenía que alcanzarlo, así provoque su propia muerte.

Y un rayo de esperanza iluminó sus ojos cuando vió aquél acantilado aproximarse. Era una locura siquiera pensarlo, sin embargo él no estaba pensando de manera coherente. No lo hacía desde hace dos años, no lo iba a hacer ahora.

Si esa era la única manera de librarse de las tormentas y del dolor, no lo iba a dudar.

No lo hizo, no lo dudó.

Running is fun. 𓆩 Spiderbear 𓆪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora