Las ensordecedoras sirenas de aquella locomotora me hicieron despertar de mi placido sueño, sin embargo mis ojos no se abrirían con facilidad, aun estaba en mi cama, donde plácidamente había caído rendido ante el cansancio ayer, no estaba seguro pero , recuerdo perfectamente mi sueño, era extraño mas por un segundo estaba subido a un tren, irónicamente nunca eh subido a uno, desde los dieciocho años había querido mas por temas tanto familiares como de trabajo no había podido jamas.
Recuerdo que despertaba en esa locomotora, habría mis ojos luego de un rato de escuchar ese incesante sonido de las ruedas chillando en el hierro por el que se deslizaban de forma continua, mi cabeza chocaba contra la ventana y mis ojos se abrieron de forma lenta, primero el derecho observando un cristal totalmente nuevo para mi, recordaba haberme dormido en mi cama perfectamente, mi ojo izquierdo salto de la exaltación en el momento en el que mi cerebro proceso la información dada, ¿ Por que razón me encontraba aquí ? un pequeño salto involuntario fue inevitable de parte de mis piernas mientras con mis dos manos me apoyaba sobre aquel asiento, muy bonito por cierto, sus costuras se notaban hecha de piel de algún animal, posiblemente un ciervo debido a su color marrón seco, mas en aquel momento estruje aquel asiento hasta el punto de que mis dedos palpitaron de dolor, mi cabeza choco contra el respaldar de el sillón y poco a poco mi excitación fue disminuyendo hasta llegar a recuperar totalmente la cordura.
Escasos segundos pasaron para notar que todo había era un sueño, que podría ser si no, en esos momentos a fin de mes con que dinero se subiría a un tren ademas que era bastante notable el hecho de que ese tren era de lujo, no perdería nada por disfrutar de el sueño que mi mente me daba, a fin de cuentas sueños como esos no están todos los días, al observar mi reloj era obvio que no había pasado siquiera un minuto desde que llegue, sin embargo llevaba ya tres minutos en aquel misterioso tren, me levante con total tranquilidad observando mi figura en el vidrio, era extraño, hace unos minutos no me había fijado pero ese lugar lo compartía con mas personas, que pensarían de mi aquellas dos mujeres y el hombre presentes, deberían creer que estaba loco, aunque bueno solo es un sueño, que mas daba.
Retome mi lugar de forma efímera observando a la mujer que me acompañaba en mi mismo sillón a mi lado, amistosamente entre-cerré mis ojos y le brinde la mano mientras le decía mi nombre y me presentaba debidamente.
- Que tal, mi nombre es Javier, soy abogado, tengo 23 años y realmente no tengo idea de que hago aquí, supongo que es un sueño. - Mis palabras se entre-cortaban debido a que observarle a los ojos me causaba una extraña sensación de nerviosismo, era bastante bella ahora que le observaba fijamente.
Su respuesta parecía emanar de una dulce voz que no encajaba con su imagen de chica ruda, mas bien parecía hablar con una niña afónica debido a algún concierto - Mucho gusto, estamos camino a Stalingrado, yo soy Psicóloga y mi nombre es Jazmín. -
La sangre se me heló completamente al escuchar aquella palabra, que hacia tan lejos de casa, por que estaba tan lejos de el lugar donde vivo, sin embargo todo se disipaba al caer nuevamente en que era un sueño, observo mi reloj de nuevo de forma nerviosa esperando encontrar algo que me diga que clase de sueño es este, sin embargo solo marca cuatro minutos desde que me eh despertado.
Las dos personas que se sentaban de frente a nosotros estaban dormidos con la mujer sobre el hombro de el chico, al parecer eran pareja era algo casi seguro, se veían bien juntos y dormían con una sonrisa, hace mucho no observaba parejas felices, en estos tiempos solo sexo en desenfreno y placer, al igual que una mujer tan amable y con una voz tan dulce como la de Jazmín, bonito nombre me había quedado en la cabeza, para ser un sueño lo disfrutaba de sobre-manera.
El chófer del tren anunciaba que solo faltaban diez minutos para llegar a Stalingrado, era irónico ya que el único sitio fuera de Italia que había visitado alguna vez era aquella ciudad, tenia muy buenos recuerdos de ese lugar, un lugar para no olvidar como muchos en aquel bar le llamaban, viendo que faltaba poco para llegar revise entre mis piernas haber si había traído algo de equipaje, parecía un chiste pero no había siquiera una maleta a su nombre en esa parte de el tren, " Que bueno que todo es un sueño " pensé solitario mientras me levantaba estirando mis músculos preparándome para descender de ese tren, o bueno tal vez simplemente se acabara el sueño antes de que esto sucediera.
Mire mi reloj, seis minutos desde que estaba soñando, un suspiro salio de mis labios cuando un pequeño ruido comenzó a sonar, parecía el molesto Tic-Tac de un reloj en solitario, sin embargo no era posible ya que la gran densidad de personas opaca el sonido, entonces, ¿ Que sonaba ? por que cada vez es mas rápido, enloquecido observe los ojos llenos de terror y llanto de mi compañera mientras observaba como el tren era incendiado y volado en pedazos por los aires, unas lagrimas salio de mis ojos recorriendo mis mejillas mientras era asesinado por aquel al parecer atentado, el tiempo se detenía y todo parecía acabarse, enseguida abrí ambos ojos los cuales contenían fervientes lagrimas de horror , mi rostro se volvió pálido completamente al observar que frente a mi estaba una ventana de tren de lujo y que en su reflejo se observaba a la compañera de mis sueños, un grito ahogado entre temor inundo mi boca, " ¿ Que, que rayos esta pasando ? " era lo único que podía preguntarme en ese momento.
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El tiempo vuela.
Mystery / Thriller¿ Que pasa si sabes que solo tienes siete minutos ?, ¿ Que pasa si se redujeran con cada segundo que pasa ? desperdiciarías esos segundos, no es una pregunta, te lo estoy afirmando, sin embargo si hubiera alguien que no es asi, si hubiera alguien qu...