❝ Día a día es igual, siempre estoy pensando en ti.
¡Por favor sálvame! ¡Ven dame tu calor! ❞「❀」
—¡No eres más que un plebeyo sucio y sin gracia!
El cuerpo del pelinegro dió de golpe contra el suelo, empujado por un colérico pelirrosado —cualquiera que le mirara no creería que se tratara del hijo de uno de los grandes señores nobles—.
Cómo si esto no fuera suficiente para calmar su furia, le tomó por los cabellos, haciendo caso omiso a las súplicas y sollozos del humilde chico.
—No entiendo cómo mi señor ha fijado la mirada en un fangoso como tú —escupió—. No tienes nada especial y eres un miserable pintor.
Los orbes azules miraban con súplica a su captor, rogando porque detuviera su ataque.
¿Por qué tenía que pasar por aquello? Su único error había sido involucrarse con la familia Sano, cruzar su mirada con aquellos chicos de orbes oscuras.
Takemichi se sentía acorralado, como si el destino mismo se ensañara con él, colocando carga sobre sus hombros hasta que se doblegara.
Sanzu mostró una sonrisa macabra.
—¿Seguirás siendo tan especial si rompo tus brazos? Dime, pintorcito, ¿acaso podrías seguir pintando si rompo tus dedos uno a uno? —Se mofó, imaginándole vulnerable y desdichado.
La piel de Takemichi se erizó con aquello, y presa del terror se empujó tan lejos de Sanzu como pudo.
Haruchiyo le miró divertido y completamente extasiado del estado despreciable del pelinegro. Lo odiaba y verle así le hacía feliz. ¿Y cómo no? Ese pobre pintor le robó a su querido señor, y eso no lo permitiría; tendría que pagar —incluso si era con su propia vida—.
—Tengo una mejor idea —canturreó—. Cortaré tus dedos para que nunca más puedas sostener un pincel. ¡Sí! Así dejarás de ser un estorbo para mi señor.
Hanagaki quedó hecho piedra, presa del pánico, con la boca seca y la respiración agitada, sintiendo su cuerpo tembloroso.
Haruchiyo rió sin reparo, llenando el lugar con su estruendosa voz.
Amenazante, se acercó al aterrado pelinegro, tomándole por el cabello y arrancándole algunas hebras oscuras en el proceso. Takemichi intentó oponerse y empujar al pelirrosa, mas todo eso fue en vano, su cuerpo débil y magullado era incapaz de luchar.
Sin medir su fuerza, Sanzu lanzó al pintor al suelo, dejándolo semiinconsciente y con una fina línea de sangre corriendo por su frente. Desenvainó la espada que portaba siempre consigo, se puso en cuclillas y jaló la mano derecha de Hanagaki.
—Siempre odié tus pinturas.
Levantó su espada, dispuesto a cortar las falanges del pintor de un solo golpe.
Y lo hubiera hecho de no haber sido empujado con violencia lejos del cuerpo del pintor.
Sanzu quedó iracundo al verse interrumpido, así que nuevamente empuñó su espada con ambas manos, se puso de pie y amenazó al intruso.
Sólo el sonido del metal chocar contra el suelo fue lo que resonó en aquella habitación vacía y mal iluminada.
El cuerpo del pelirrosa convulsionó nervioso al percatarse de la identidad del intruso.
Hanbok oscuro decorado con un bordado dorado en forma de peces Koi, una postura derecha e imponente y una brillante espada —señalándole peligrosamente—. Los brillantes y blanquecinos cabellos a la altura de las mejillas y los profundos y vacíos ojos onix enmarcados en una expresión hostil y amenazante. Se trataba del noble Manjiro Sano, perteneciente a la familia Sano, comandante de las fuerzas militares. Mejor conocido para Haruchiyo como “Mi señor”.
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𝓝𝓲𝓰𝓱𝓽 𝓯𝓵𝓸𝔀𝓮𝓻 |𝓜𝓲𝓽𝓪𝓴𝓮♡|
FanfictionLa vida de Takemichi nunca fue fácil, ser pintor y volverse el capricho Mikey Sano le valió su libertad, aunque lo más doloroso fue terminar con el corazón dividido al enamorarse de los hermanos Sano y volviendo enemigos a quienes antes eran familia...