𝙈𝙞 𝙥𝙞𝙣𝙜ü𝙞𝙣𝙞𝙩𝙤 [Kaisoo]

𝙿𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘𝚜 𝙿𝚒𝚗𝚐ü𝚒𝚗𝚒𝚝𝚘𝚜

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— Entonces, ella vivirá aquí... — habló en voz baja

— Sí. Estoy seguro que cuando menos lo esperemos este pequeño va a querer salir, debemos de tener precauciones — JungKook cobijo al omega con una pequeña frazada

— Quédate aqui, no te quiero ver cerca de ella. — ordenó sin mirarlo

— ¿Qué? ¿Si sabes quién es el omega que me gusta y amo? — pregunto

— ¿Te gusta otro? — le aventó una almohada con intención de lastimarlo

— ¡Tu eres ese omega, pingüinito! — grito tratando de abrazar a su esposo y no lastimarlo

— Perdóname, JongInnie. Últimamente me he estado comportando muy mal — lloriqueo

— Tranquilo, supongo que es normal cuando estás en cinta — dió un pequeño beso en la mejilla del menor — pero aún así me gustas mucho, mi pequeño y tierno pingüinito

— JongInnie, quédate conmigo... Tengo miedo — se aferró al brazo del mayor

— ¿De que tienes miedo? — cuestionó mientras acariciaba la mejilla del menor con delicadeza

— ¿Estarás conmigo cuando nuestro cachorrito salga? Tengo mucho miedo, JongInnie — confesó

— Estaré contigo en todo momento. Solo deja voy hablar con alguien para que supervise el campo, no puedo dejar a esos alfas sin alguien a cargo — soltó una risita

— Ya quiero a nuestro cachorrito aquí con nosotros — mencionó con una linda sonrisa

— Deja voy rápido, espera aquí. — beso los labios del omega

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JongIn daba pequeños besos en la mano del castaño y con la otra quitaba algunos mechones de la frente sudorosa de su esposo. Hoy en la madrugada Kyungsoo estaba dando a luz a su cachorro.

— Tranquilo cariño, ya pasó... — susurró mientras escuchaba los sollozos de su cachorro

El omega con olor a vainilla solo trataba de recuperar sus fuerzas para ver a su cachorro.

— Lo siento mucho decir esto pero... No es un cachorro son dos — mencionó mientras le daba el segundo cachorrito a una de las mujeres que la ayudaban

— Dos... Pingüinito, ¿Escuchaste eso?  — hablo emocionado

— dos pubgüinitos... — murmuró débilmente — Ve con ellos... Alfa

JongIn miró una última vez a su omega antes de soltar su mano y acercarse a la pequeña tina dónde limpiaban de sangre a su cachorros, los cuáles lloraban.

— Son tan lindos — opinó

— ¿Quiere cargarlos, señor? — cuestionó la partera con una pequeña sonrisa

El alfa asintió levemente, sus manos temblaban. Sus cachorros se veían tan frágiles, tenía mucho miedo de lastimarlos.

La omega envolvió a uno de los cachorros en una manta y lo extendió al pelinegro para que lo cargará. Las manos de JongIn temblaban mientras se acercaba para cargar a su hijo; la beta que estaba ayudando a la omega cargaba al otro y lo llevaba con Kyungsoo el cual sonreía al ver a su cachorro. La beta dejo el cachorro con su padre, este se tranquilizó al oler el dulce aroma a vainilla.

— Tan lindo... — acarició la mejilla del cachorro — JongInnie, ven.

La partera comenzó a limpiar todo y la beta limpiaba el rostro sudoroso, JongIn se acercó a su omega y le dió un pequeño beso.

— Nos retiramos, señores — hicieron una reverencia mientras dejaban a la pareja disfrutar de ese lindo momento.

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— ¡Mira! — tapó su boca al recordar que sus bebés apenas se habían logrado dormir.

— ¿Qué sucede cariño? — cuestionó mientras doblaba la ropa de sus cachorritos

— Se durmieron, lucen tan lindos — mencionó —JongInnie, debemos dormir también, no hemos dormido bien

Kyungsoo jalo la mano del pelinegro para que se acostara en la cama

— Pero nuestros pequeños ositos están durmiendo en nuestra cama — mencionó

— Podemos dormir junto con ellos, todos juntos y calientitos — dijo con una dulce sonrisa

Ambos se acostaron en la cama con sus pequeños cachorros en medio. JongIn observo como Kyungsoo miraba con amor a sus cachorros, sonrió con felicidad al ver a sus pequeños pingüinitos juntos.

— Descansa, pungüino — Murmuró con una sonrisa

— Te quiero mucho, JongInnie

Kyungsoo sonrió tiernamente mientras miraba al pelinegro, cerró sus ojos antes de quedar completamente dormido. JongIn se levantó de la cama para agarrar una frazada y cobijo a su esposo junto a sus cachorros, después se acostó él y se cobijo.

— Debería ir pensando en unos lindos nombres para estos pequeños ositos — murmuró JongIn para el mismo antes  de abrazar a sus cachorros.

Dió una leve caricia a la mejilla del castaño antes de cerrar sus ojos. Siempre le gustaba ver el angelical rostro de su esposo antes de dormir.

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