Dejando caer mi abrigo al sofá,
sintiendo un cálido alivio,
cerrando con pesadez la puerta principal,
pensando en mis sabanas,
en estas frías noches,
oyendo las gotas de lluvia
impactando contra el suelo,
dejando que mi estrés se diluvie con ella.
Plasmándome al colchón,
esperando un consuelo
en alguna ensoñación.
Sintiendo un miedo profundo a jamás despertar,
pero por el día tengo con la misma profundidad
las ganas de desaparecer.
Cada noche es lo mismo
cuestionando mi propósito,
cuestionando incoherencias
con sentido en mi mente,
llegando siempre a la conclusión
de no existir.
¿Y si durmiendo muero?
¿Si el mañana no existe para mí?
¿Cumpliendo mi insaciable hambre
de des-existir?
Pero los otros seguirán viviendo,
que injusticia.
Oh, pero espera...
¿alguien lo está sufriendo...
o estará siendo liberado?
