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Desde hace unos días Minho había comenzado a ser una especie de ángel guardián para Felix dejándole su bebida favorita todos los días y ayudando en absolutamente todo lo que el rubio necesitara.

Pasaban la mayoría del tiempo juntos aprendiendo uno del otro.
A el Lee mayor le hacia muy bien estar cerca del pecoso su compañía era muy agradable y algunas veces se preguntaba muy en serio de que sentía.

¿Le gustaba?

Se hizo esa pregunta hace unos días atrás por primera vez cuando Felix lo encaro para preguntarle si el era el que dejaba las chocolatadas en su bolso.

Minho no entendió porque ese día sus orejas se pusieron muy rojas al punto de llegar a arderle.

¿Por qué era tan difícil aceptar que el le dejaba aquellas bebidas?

¿No quería decirle que le gustaba por Hyunjin?

Después de todo estaba ahí para cuidar del chico o bueno eso es lo que intentaba pero cada día se hacia mas difícil.

Dejo su lugar de trabajo y fue hacia el almacén donde vio a Felix luchar con una caja.

—Ah, Felix, dámelo, yo lo hare… —El rubio se hizo a un lado para que el mayor tomara lo que el intentaba levantar desde hace un buen rato. —Pudo dejarlo en el almacén, ¿verdad?

—¿Hum…? Si, ¡gracias!

El pecoso siguió al mayor en silencio observando desde du lugar toda la anatomía del castaño, Minho era alguien que le gustaba el ejercicio pero que comía mucho pudin, nariz preciosa y ojos de gatitos, espalda ancha y brazos fuertes.

Su compañero de trabajo le atraía y no sabia si eso seria un problema o no.

—Voy a acomodar unas cosas así pones esa caja en su lugar.
Minho asintió esperando pacientemente que el menor hiciera espacio.

—Listo… ponlo en su lugar.

Felix se hizo a un lado para que el castaño pasara.

Una vez que ya habían terminado el pecoso quiso acercarse para acomodar algunas cosas pero no se percato de una caja que estaba sobresaliendo del borde y mucho menos vio cuando esta se cayo simplemente sintió como alguien se pego q su espalda y el ruido de una par de cosas esparcirse por todo el lugar.

—¿Estas bien? —Minho puso sus brazos para cubrirlo al menor del golpe.

El pecoso se quedo en su lugar con las mejillas ardiendo tener así de cerca al castaño era algo que lo había hecho acelerar a su pobre corazón.
Minho estaba igual.

Tenia la perfecta vista de los mofles colorados y justo en ese momento Felix giro su cabeza para Minho fue difícil controlarse porque su cuerpo reacciono por si solo, tomo entre sus manos la pequeña cara del menor y se acerco para probar esos labios que lo habían llamado desde hace mucho tiempo permitiéndose disfrutar del momento.

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MISTAKE LOVER | Minlix AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora