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Estaba nerviosa, eso estaba muy asegurado. Iría a una cena de streamers muy reconocidos y a pesar de ella también serlo no podía evitar sentirse así.
A su lado se encontraba su novia, la cual caminaba muy campante mientras silbaba la melodía que reconoció como una de las canciones de Camila Cabello. Samantha comenzaba a envidiarla por estar tan tranquila cuando iban a conocer en persona a varios streamers famosos.
— ¿Cómo puedes estar así? —preguntó la rubia, entrelazando sus dedos y tronando estos mismos en señal de estrés.
— ¿Cómo? —se vió confundida ante la pregunta de Samantha.
— Osea, cómo es que puedes estar tan tranquila —aclaró.
— ¿Por qué no debería estarlo? Digo, sólo iremos a almorzar con otros streamers, ¿Qué tiene de malo eso? —dejó de silbar para poder contestar.
— Pero, _____, no son streamers cualquieras, ¡Son el doble de famosos que nosotras! —gritó asustando a la castaña.
— Número uno, Samantha, literalmente, no es por sonar egocéntrica, pero tú y yo sabemos que ambas somos igual de famosas que ellos, y número dos, no tienes porque gritarme pendeja —golpeó la nuca de Samantha sin mucha fuerza.
La rubia soltó un quejido y después comenzó a sobar la zona afectada, balbuceando insultos en voz baja para que _____ no la escuchara.
— Te estoy escuchando, Samy —bueno, al parecer no había funcionado la estrategia.
— Eres una idiota —insultó la rubia y se alejó de la otra cuando vió que está levantaba su mano.
— Una idiota estúpidamente enamorada de tí —le contestó mientras tomaba el mentón de Samantha y la obligaba a mirarla.
Samantha se alejó de ella, empujandola lejos para que no viera su sonrojo, claro que fue en vano ya que _____ había visto aquel rubor en las mejillas de la mayor.
La castaña camino más rápido para poder alcanzar a Samantha, gracias a qué era más alta que la rubia no fue muy difícil hacerlo, abrazándola por la espalda cuando estuvo detrás suyo.
— Eres muy linda cuando te sonrojas —le susurró en su oído, logrando hacerle cosquillas.
— Ya wey, me chiveo —dijo dándose la vuelta y escondiendo su rostro entre el cuello de la menor.
— Está bien, está bien, ya me calmo.
Después de eso, siguieron su camino hacia el restaurante en donde se encontrarían con varios de sus amigos y algunos otros streamers que no habían tenido el gusto de conocerlos en persona.
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