CHANGBIN
Hyunjin se detuvo nada más cruzar la puerta del salón, mirándolo como si todavía no pudiera creerse que estuviera allí de verdad, y tras tan solo unos pocos segundos sonrió con amplitud y empezó a correr hacia él para abrazarlo con fuerza.
Había crecido tanto desde la última vez que se habían visto que ya era más alto que él. Changbin intentó no pensar demasiado en ello, centrándose en devolverle el abrazo.
—¿Qué tal estás? —preguntó en cuanto se separaron.
—¿Qué tal estás tú? —preguntó Hyunjin—. ¿Cómo es que has venido? ¡Deberías haberme avisado!
Su madre entró también en el salón, haciendo que la respuesta de Changbin muriera antes incluso de nacer. Parecía como si realmente, al igual que Hyunjin, no fuera capaz de asimilar de buenas a primeras el tenerlo ahí y menos tan pronto, a pesar de la gravedad de sus mensajes.
Sin embargo, no fue su desconcierto lo que lo confundió a él.
Se lamió los dientes con los labios apretados, y miró a su hermano pequeño de reojo.
—¿Puedes dejarnos solos un momento?
—Pero acabas de llegar —protestó Hyunjin.
—Por favor —pidió, apoyando una mano en uno de sus hombros—. Luego tú y yo iremos a dar una vuelta para que me pongas al día de todo lo que has estado haciendo, ¿sí?
Hyunjin miró a su madre, con cara de cachorro.
—¿Puedo, mamá?
Changbin la miró también, a tiempo de verla asentir, y medio minuto después Hyunjin ya se había ido de allí seguido de la señora Choi, quien antes de desaparecer por el pasillo cerrando la puerta tras ella, le envió a Changbin una mirada cargada de ánimos aprovechando que su madre le estaba dando la espalda.
—Te veo cansada —dijo por fin, después de un largo silencio.
Su madre miró hacia el suelo y esbozó una pequeña sonrisa irónica que borró antes de volver a clavar sus ojos en él.
—Es porque lo estoy. He tenido mucho trabajo últimamente.
—Aún así debes estar contenta. Tu cara está hecha un desastre, pero el pelo lo tienes mejor que nunca.
—Así de bueno es mi peluquero —contestó ella, después de apretar los labios.
Changbin le sonrió, con desgana. Si Chris estuviera a su lado ya le habría dado una buena colleja por maleducado.
Pero no lo está.
—¿Dices que si voy hasta ti y tiro de él no descubriré que es una peluca?
—Changbin —empezó su madre—, lo siento.
—¿Es que no tienes límites? —frunció el ceño—. ¿Hacerme creer que era Hyunjin el que se moría? ¿Te has parado a pensarlo más de cinco segundos?
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Número equivocado pt. 1 | au changlix
Fanfictiondonde a changbin le regalan su primer teléfono móvil, con el que termina escribiéndole por error a un chico en la otra punta del país