๑
Paris no era su hogar.
Leo era su hogar.
Verse siempre le hacía bien.
Encontrarse aunque sea tan solo unos minutos le hacía bien.
La hacía volver al pasado, cuando eran muy chiquitos, y no importaba nada. Cuando en la noche se acostaban en el patio de su casa en Rosario a ver las estrellas, o cuando jugaban a la pelota.
A veces el no entendía que Rena era muy pequeña y no sabía jugar al futbol, entonces, aquella nena pecosa volvía llena de barro y el sin ninguna mancha.Eran cosas, momentos que hacían a Leo enorme. Su hermano mayor.
Antonela apareció por el living con unas de las galletitas favoritas de Rena. Pero ni eso la pudo levantar del hombro de su hermano, que le acariciaba el pelo con amor.
Anto le hizo una seña a su marido de que los dejaría solos para que hablaran tranquilos.
—Ren, ¿quere' galletita'?
—No tengo mucha hambre, gracias.
Leo suspiró.—El te ama.
Ella negó.—No estoy segura.
—Rena, como no te va a amar... Te ama muchísimo, solo que a vece', alguno' se desvían.
—¿Se desvían por que no es suficiente, no? No fui suficiente.—Leo no sabía muy bien que decir. El había estado con la misma persona toda su vida, y se habían amado incondicionalmente.—Siento que me muero, nunca me había sentido así, ¿y sabes que es lo peor? Que no quiero llorar pero cada vez que hablo me vienen ganas y no puedo parar.
Leo no pudo hacer mas que abrazarla.
A su hermanita, la chiquita.—¿Querés que te cuente un secreto?
Lionel la miró extrañado.
Ellos no tenían secretos.
—Si, obvio.—Íbamos a decirlo después de que todo estuviera controlado, y seguro, y que todo estuviera bien...
—¿Rena?—El quería evitar que su hermana se pusiera nerviosa y comenzara a divagar.
—Son dos.
—¿Dos que?
—Dos bebes.
—¿Ahí adentro?
—Sí.
Abrió los ojos bien grande.—Es re fuerte la genética Martínez.
—Si.—Miró sus tobillos hinchados—Fue la última charla que tuvimos, la de que eran dos.—Aclaró.—La última.
La abrazó una vez mas, y le dio un beso en la frente.
—¿Esta' bien con eso? ¿Con que sean do'?—Si.—Asintió.—Eso me hace feliz.
—Entonce' eso e' suficiente. Emi es mi amigo y lo quiero mucho, pero si te hace mal, por el momento es mejor dejarlo aun lado y enfocarte en tus hijos. No quiero que estes pasando por situaciones que ponen en peligro tu vida y la de mis sobrinos. ¿Estamos?
Asintió con un puchero, y se volvió a acurrucar en sus brazos.
Se mantuvieron así unos minutos. Pensaban quedarse así por varias horas; si no fuera por la interrupción en el gran living.
—¡A BUENO! ¿Qué haces ahí? Tirada como una marsopa, debería darte vergüenza...
—Ay Ser...—Se limpio bajo los ojos mientras se sentaba correctamente.—Que malo.
—Te estoy diciendo lo mismo que me dijiste vos cuando termine con la otra.—La miró serio.—Vení, dale.
Una invitación a sus brazos que Rena no iba a rechazar.
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red thread! d.martinez
Fanfic"Es increíble como la pasión por el fútbol une a tanta gente". dibu martinez x oc futbol arg