Un sorbo no es suficiente para saciar la enorme sed del errante, que deambula por el desierto de su existencia carnal. ¿Cuán miserable puede llegar a ser aquel dasein por reconocer finalmente su ignorancia?
Aún peor será, sí cuando aun habiendo reconocido que ignora inmensamente, le es imposible cuantificar aquello que ignora. ¿Podrían sus ojos mortales ser capaces de contemplar cuántos misterios envuelven el cosmos?
Aunque su pretensión a esta altura es superlativa, ya que él sabe qué sus sentidos están limitados. Aun, habiendo admitido todas sus restricciones, pudiendo sencillamente resignarse a la ignorancia, vive amargamente - sí es que en verdad vive - deseando comprender, aquellos misterios que nadie ha logrado resolver.
Tan grande se ha vuelto su ambición que incluso en fábulas, cuentos y mitos ha iniciado a creer. No le culpo, hombres más brillantes, como Newton, Ficino, Dee, o el propio Dr. Faust, cayeron en esas búsquedas.
Arcaico, es y ha sido, el deseo del hombre por desvelar los arcanos conocimientos; tan antiguo, que ya se han olvidado los métodos que en el pasado se utilizaron para intentar encontrarlos.
Quod est inferius est sicut quod est superius...
Símbolos, rezos, frases y versos...
Estoicas prácticas, profanos rituales...
Deidades difamadas, ruinas ensangrentadas...
Altares derrumbados, nombres olvidados...
¿Le servirá esa erudición ocultista para hallar lo qué busca joven Fausto?
Un célebre sabio de Samos, alguna vez advirtió a aquellos que su destino en Delfos consultaban, que no buscasen fuera de ellos, aquello que no les fuese posible hallar dentro de sí mismos... ¿Qué busca aquí el joven Fausto, qué aun no pueda hallar en su propio ser?
Quod est superius est sicut quod est inferius...
Versos herméticos, rituales goéticos , tanto ha intentado el joven Faustino ; tan desesperado, tan iluso, ansioso por saber sobre aquello que le ha sido esquivo... Y no es que quiera saber por ambiciones, propiamente mundanas; no desea saber para presumir ante sus pares; quizás sus aspiraciones excelsas rebasan las de los mortales. Quiere trascender su propia existencia, superar su forma carnal y ascender hasta círculos superiores, dónde logre encontrar su primma esencia.
¿Qué no es un deseo totalmente humano? Ansiar deificarse a uno mismo, ascender a estadios superiores, iluminar la propia conciencia. ¿Qué no es lo que los humanos tanto han buscado? ¿Pero porqué tan frenéticamente?
Quod est inferius est sicut quod est superius...
Pero en el fondo, aquel ser de delirios fáusticos, aquel ser de existir desorientado, aquel pobre espectro noctambulante, sufre por su propia voluntad. Osadamente busca en ciencias y artes ocultas, una manera de entenderse a sí mismo, de poder satisfacer su anhelo intelectual; ¿Pero conseguirá así su eudaimonia?
Creo que ni él mismo sabe, que en el afán de hallar aquello que le otorgase un placer celestial, se ha desgastado; ha hecho de sí mismo un eidolon, una sombra maldita, de lo que alguna vez fue. Soñó con alcanzar su tan ansiada apoteosis y hacerse uno con el macrocosmos.
Mi pobre Fausto, si no se ha llevado nada, se ha llevado justo lo contrario, pues ha observado más veces las estrellas de las que ha contemplando su propia alma, y ha interrogado a entes astrales, en más ocasiones qué a sus propias advertencias mentales...
Porque por hallar una puerta hacia la elevación astral, se olvidó de proteger el palacio del cual era señor. No se puede acceder a ninguna gloria etérea, si no se aprende a contemplar nuestro universo interno, el microcosmos ; y he ahí el porqué de la complejidad de la búsqueda del joven Fausto, por que esa es precisamente, la más grande odisea que jamás emprenderá.
Quod est superius est sicut quod est inferius...
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Delirio Fáustico
PoetryUn pequeño desahogo existencial, inspirado en el célebre personaje del folclor alemán, inmortalizado por Goethe...